Que suene muchas veces más: Instalan campana en Oncología Pediátrica en Hospital Regional de Concepción

Hace tres años, Alma inició su lucha contra una leucemia linfoblástica, uno de los cánceres más frecuentes en pacientes pediátricos. Sin embargo, la menor que actualmente tiene casi cinco años, dio la pelea. Para demostrar que le ganó a la enfermedad, fue la primera en dar un campanazo simbólico en el Hospital Regional de Concepción.

Esta nueva placa instalada junto al cerrero de bronce macizo agradece por “los amigos que se convirtieron en familia, las noches en mañana y los sueños en realidad. Con el toque de esta campana hacemos público el triunfo de todos los que compartimos, con los que están y los que ya partieron”.

La madre de la menor, Alejandra Herrera, indicó que tuvieron el deseo de concretar la instalación de dicha campana en el área de Oncohematología Pediátrica del recinto, donde hasta ahora, solo existía una en el área de adultos. “Ella vio en internet que en un hospital de Estados Unidos la tocaban y quisimos marcar este hito familiar para cuando terminara sus quimioterapias. Cumplirle su deseo y el de muchos otros niños cuando terminan su recuperación”, comentó.

Además, Herrera expresó que “gracias a Dios se dieron los tiempos, este momento y los recursos para poder instalar la campana que hoy mi hija pudo tocar. En este lugar uno encuentra una fe increíble con otros papás y un apoyo que sirve para enfrentar momentos muy difíciles”.

La médico jefa del área oncológica infantil, Paola Olate, mencionó que fue ella quien adquirió la campana y que la familia de Alma hizo el resto de las gestiones para concretar su instalación definitiva. La profesional de salud indicó que “teníamos la idea hace algún tiempo. Previo a esto, les entregábamos una copa como símbolo del triunfo y el fin de sus respectivos tratamientos”.

Por otro lado, el director del recinto de salud, Claudio Baeza, precisó que “somos una gran familia, un lugar donde coinciden muchas personas, por largo tiempo y generan lazos. Tenemos muchas tradiciones y ritos como cuando se nos va uno de los nuestros. Los despedimos con aplausos, flores y globos blancos mientras el cortejo recorre toda la manzana asistencial”.

“Otro ejemplo, despedimos a quienes inician su jubilación con alegría en el último marcaje del reloj control. Así que esta instalación de la campana en oncología pediátrica sabemos que será trascendente. Porque marca el fin del sufrimiento y la llegada de un nuevo periodo de bienestar en la vida de cientos de niños y niñas”, añadió.

Cabe mencionar que anualmente, en esta área ingresan entre 85 y 100 niños y niñas de hasta 15 años. Este establecimiento es el que más pediátricos atiene, después del Hospital Calvo Mackenna de Santiago.

Un tercio de estos pacientes padecen leucemia linfoblástica, mismo cáncer que venció Alma y que -repicando la nueva campana- dejó en claro que la sanidad llegó a su vida para iniciar una nueva etapa de bienestar.

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