"Intentó ayudarme, pero después se fue": Joven con discapacidad visual denuncia que automovilista la atropelló y no prestó auxilio

Un lamentable hecho fue denunciado este pasado jueves 23 de enero por una persona en situación de discapacidad visual en Concepción.

Se trata de Paulina Saravia Peña, joven terapeuta ocupacional oriunda de Magallanes. La mujer dio a conocer una situación que vivió hace unos días en el centro penquista, en la esquina de San Martín con Lincoyán.

Mientras cruzaba la calle en dirección hacia O'Higgins, una camioneta le arrolló su pie izquierdo. La culpa habría sido completamente del conductor del vehículo, pues la joven cruzaba con luz verde peatonal. Inmediatamente tras el incidente, Saravia cayó al piso y fue socorrida por otra persona que transitaba por el lugar y por el propio chofer del automóvil.

Mientras la víctima era ayudada por terceros, el sujeto responsable del atropello se fue del sitio. Preocupada de su lesión, la joven no alcanzó a anotar la patente del auto antes de que el hombre se diera a la fuga.

"Hoy me atropellaron y me fracturé el pie. El caballero que me atropelló intentó ayudarme, pero cuando le dije que quería hablar con mi familia antes de moverme, se fue. Finalmente, nos tuvimos que hacer cargo de esto nosotros. Estamos viendo formas de encontrar la patente, para que esta persona se haga responsable de lo sucedido", dijo en un video publicado en su cuenta de Instagram.

Lo que sucedió tras el accidente

Si bien Saravia llamó a Carabineros, los funcionarios policiales le aclararon que sin la patente u otro elemento identificatorio único, no pueden iniciar una búsqueda. Indagando, la joven descubrió que en la esquina donde ocurrió esto, no hay cámaras de televigilancia, por lo que no hay registros de seguridad del suceso.

Tras el incidente, fue trasladada al Hospital Sanatorio Alemán de Concepción, donde encontraron una fractura en el pulgar de su pie izquierdo. Se le indicó reposo absoluto por una semana y es posible que deba pasar por una rehabilitación de tres meses, proceso que puede llegar a costar varios millones de pesos.

Finalmente, destacó que este hecho no fue solo la imprudencia de un conductor, sino que también hay otros factores que lo propiciaron. La seguridad y accesibilidad para personas con discapacidad visual es algo que el centro de la capital del Biobío aún no incorpora de manera íntegra, lo cual hace que las calles penquistas sean un lugar hostil para transeúntes no videntes o de visibilidad reducida.

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