Blumar: "Talcahuano ha sido una ciudad muy importante para nuestro desarrollo"
Como una empresa que busca honrar el océano, Blumar se ha relacionado estrechamente desde sus inicios con las comunidades en las que se encuentra. De hecho, sus comienzos fueron en la Región del Biobío, siendo Talcahuano su principal centro de operaciones. Es más, a pesar de su exitosa incursión en los salmones en las regiones de Aysén y Magallanes, la compañía mantiene como planta principal de procesamiento la ubicada en el corazón de Talcahuano, frente a la Isla Rocuant.
“Esta es una empresa con vocación descentralizadora, ya que estamos en siete regiones, y nuestra principal operación y dotación corporativa está en regiones y no en Santiago. Nos enorgullece ser un motor de descentralización y, a la vez, nos llama a la responsabilidad que tenemos con nuestras comunidades”, indicó el gerente de Personas de Blumar, Raúl Hermosilla, que por más de 37 años ha trabajado en la compañía pesquera y salmonera.
La historia de Blumar en Talcahuano
Blumar es el resultado de la fusión entre Itata y El Golfo, empresas fundadas en 1948 y 1962, respectivamente, con incursión en el segmento de salmones desde 2006. Este año Blumar cumplió 75 años de operación, la que siempre ha tenido como centro Talcahuano, ciudad que alberga la planta de salmones de la compañía, de procesamiento de jureles y de harina, llegando a tener cuatro instalaciones productivas en total, entre Talcahuano y San Vicente. Así, más de mil personas laboran en la región.
“Dentro de nuestra vocación pesquera, el año 2000 construimos y pusimos en marcha la primera planta de jurel congelado del país. Tuvimos que vencer muchos paradigmas, ya que en un principio muchos la calificaron como un error empresarial, pero terminó transformándose en el inicio de una actividad productiva y exportadora que hoy efectúan prácticamente todas las empresas pesqueras de la Octava Región, exportando más de 300 millones de dólares anuales de este producto”, puntualizó Hermosilla sobre la principal actividad productiva de la región.
La ruta de la sostenibilidad
Hace 8 años, el directorio de Blumar decidió abordar la sostenibilidad en forma integral, definiendo los grupos de interés para generar un acercamiento sistemático que permitiera conocer las necesidades de cada uno de ellos. En ese proceso, se plantearon como focos el cuidado del recurso, el entorno y ser buenos vecinos.
Aunque no se partió de cero, pues la compañía ya contaba con acciones de relacionamiento y actividades frecuentes con las comunidades, era necesario agrupar y aunar el trabajo en una estrategia integral y sistemática. A partir de ello, desde 2015, Blumar reporta su quehacer y muestra sus avances, mientras que hace 2 años presentó su primera memoria integrada.
“Honrar al océano involucra escuchar a las personas que reciben nuestros alimentos y alinearnos con la necesidad de proteínas sostenibles y nutritivas en un contexto global de cambio climático: el pescado es un súper alimento y el salmón una de las proteínas más eficientes y con menor huella de carbono. Hemos certificado bajo el estándar MSC nuestras pesquerías y generado una estrategia para disminuir el uso de antibióticos en el cultivo del salmón”, manifestó el gerente de Personas, que dirige también el área de Sostenibilidad de Blumar.
Blumar y su futuro, más allá de Talcahuano
Actualmente, los principales negocios de la compañía son la pesca industrial sustentable, dedicada especialmente a la captura de jurel para consumo humano y la comercialización de salmones que se cultivan en las regiones de Aysén y Magallanes, así como también el proceso de harina y aceite de pescado proveniente básicamente de nuestros socios estratégicos, como son nuestros pescadores artesanales. En cada operación, la compañía cuenta con equipos dedicados a la vinculación territorial, como forma de acercar la actividad a las comunidades.
“Sin duda, en 75 años hemos crecido mucho, pero debo destacar que Talcahuano ha sido una ciudad muy importante para nuestro desarrollo. Creo que el espíritu de las personas que viven acá ha sido la clave para llegar a acuerdos, avanzar en la construcción de valor compartido con las comunidades y finalmente poder desarrollar una pesca industrial y procesamiento de productos del mar en forma responsable y amigable”, apuntó Hermosilla.