Joyería Rometsch: Una brillante historia familiar
Al caminar por las calles del centro de Concepción, uno de los lugares más asombrosos, debido a sus elegantes y destellantes productos, es el local que lleva un nombre inolvidable para los penquistas. La histórica Joyeria Rometsch, ubicada en Barros Arana, frente a la Plaza de la Independencia, hace brillar los ojos de quienes se detiene a mirar sus vitrinas.
Los inicios de esta joyería datan del año 1927, cuando su fundador, Emilio Rometsch llegó a Santiago desde Alemania. Actualmente ese local no existe, debido a que en 1947, el inmigrante europeo, inició una historia en la capital penquista, que hasta ahora vive en las murallas de este icónico lugar.
Este negocio, comenzó a ser familiar cuando, la hija de Emilio, conoce a Aguilolf Reisenegger, clave el legado, de este tradicional negocio de la región.
Hoy en Concepción, Astrid Reisenegger Rometsch, nieta del fundador de esta tienda dedicada a las joyas, sigue en la labor y el equipo de Sabes.cl en la busca del comercio tradicional penquista le pregunta.
¿Por qué Rometsch sigue trabajando, que lo hace especial?
"La seriedad hacia el cliente, mantener la calidad de la atención, ser cordial y tratar de solucionarle su problema cuando viene con algún reloj en reparación o transformación de joya o si vienen a buscar algún regalo especial, siempre una sonrisa, tratar de ser lo más amigable con el cliente. Es la única manera porque nosotros en el fondo prestando un servicio y queremos que nuestro público esté agrado y se vaya feliz con lo que compre y jamás molesto", destacó Reisenegger.
Astrid, también señaló que "siempre piensa la gente, joyería Rometsch es un lugar caro, no podemos entrar. No, aquí usted encuentra un regalo por 10.000 pesos, un detalle en acero quizás, hasta un reloj o una joya carísima. Hay de todo nivel de precio".
Aguilolf Reisenegger, hizo crecer a Rometsch
"De muy niña, recuerdo a mi papá siempre en el negocio, trabajando primero con el alero de mi abuelo que falleció muy temprano, pero no verlo hoy aquí para mí tampoco ha sido fácil. Yo de los 12 años le ayudaba a mi papá para navidades sobre a hacer paquetitos de regalo, siempre hemos trabajado bien en familia. Mi padre toda la vida estuvo al pie del cañón aquí; el abría, cerraba, un poquito trabajólico, pero él en el fondo es el continuador de lo que mis abuelos formaron", recordó Astrid Reisenegger.
"Yo soy tercera generación y mi hija cuarta, que trabaja conmigo, pero en el fondo el que mantuvo el negocio a flote por todos estos años, porque pasó por muchos periodos, desde el año 47 a la fecha. Y bueno, no me voy a llevar yo las flores, es el que en el fondo que mantuvo el negocio y lo hizo crecer".
Cabe destacar que en la joyería trabajan personas que llevan más de 40 años siendo parte de la historia de Rometsch.
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