La angustiante situación del Café Break de Concepción que clama por una ayuda social para evitar el inminente cierre del local

Una familia en situación de calle está instalada hace más de un mes al lado contiguo del Café Break en el barrio cívico de Concepción. Los individuos han estado ahuyentando de manera violenta a la clientela durante el último tiempo, causando una gran baja en ventas que provocaría el cierre de la cafetería al hacer insostenible la situación. Así lo denuncia Mónica Zabala, dueña y administradora del local, la cual indica que, a pesar de hacer múltiples denuncias, no ha recibido respuesta de las autoridades.

Posible cierre de Café Break

La cafetería, ubicada en el Paseo Portal del centro, solía recibir una clientela fiel y constante, sin embargo, Zabala manifiesta que, por miedo, las personas ya no asisten a su local y esto ha traído graves consecuencias: “Han bajado mucho mis ventas, estoy vendiendo el 20% de lo que vendía antes. La mayoría de mis clientes venían de Diagnomed después de tomarse exámenes temprano, pero ahora tienen mucho miedo y ya no pasan. Estas personas pelean con mi clientela, se drogan, cualquiera que les diga algo, se ponen muy violentos”.

La situación ha llegado a un punto en el cual el futuro de Café Break no es alentador, Zabala expresa que es posible que tenga que cerrar su negocio: “Esto es insostenible, estoy considerando cerrar mi café, me han bajado mucho las finanzas, ya no se está sustentando con las ventas que tengo. Yo ya he agotado todos mis recursos, si esto sigue así, tendría que cerrar en un mes. Tengo cuatro empleados que lamentablemente quedarían sin su fuente laboral”.

Sin respuesta concreta

Tras realizar denuncias a Carabineros, solicitudes de ayuda a la municipalidad e incluso concretar una visita de la Seremi de Salud, Mónica denuncia un abandono por parte de las autoridades tras no conseguir una respuesta satisfactoria para solucionar su caso. Junto a esto, teme por la seguridad de su propio negocio y los demás del paseo: “A mi me trataron de robar, me rompieron el cristal, afortunadamente no se llevaron nada. Además, desde que llegaron ellos han entrado a robar a otros tres locales del sector”.

Mónica espera que pronto su situación sea resuelta para poder conservar su trabajo, además demuestra su deseo de que un asistente social puede conversar con la familia y los convenza de poder desalojar pacíficamente el lugar y trasladarse a un albergue en el que puedan vivir.

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