Eduardo Unda Sanzana, el astrónomo penquista que tiene un asteroide con su apellido: “Si perdemos Paranal, perdemos el mejor cielo del mundo para la astronomía”

Hace casi 20 años, Eduardo Unda Sanzana se fue a Antofagasta con la idea de estar un par de años, pero allá se convirtió en uno de los referentes de la astronomía nacional. Lidera el Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta e impulsó el primer observatorio estatal. Hoy es parte de los científicos que alzaron la voz contra el megaproyecto INNA, el cual podría poner en peligro la calidad de los cielos más oscuros del mundo. 

Eduardo Unda Sanzana, astrónomo de origen penquista, es desde hace más de una década el líder del Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta y desde esa posición impulsó, por ejemplo, el primer observatorio estatal chileno en los cielos de alta calidad del norte: Ckoirama. En Antofagasta la labor de Unda Sanzana es ampliamente reconocida. Parte de su trabajo ha sido concientizar sobre el rol del Desierto de Atacama como sede de los observatorios más importantes del mundo. Y no sólo a nivel local es valorado. En enero de este año la Unión Astronómica Internacional bautizó un asteroide con su nombre. Se trata de una roca entre Marte y Júpiter, en el cinturón de asteroides, a 180 millones de kilómetros de la Tierra. 

Unda Sanzana nació en Concepción, vivió su niñez cerca de la Plaza Cruz, estudió en el Colegio Salesiano y en la Universidad de Concepción (UdeC). Una licenciatura en ciencias de la ingeniería en la UdeC lo recondujo a lo que realmente le apasionaba, la física (a través de un magister, también en la UdeC). Posteriormente estudió un doctorado en la Universidad de Southampton, Inglaterra, en el cual trabajó con uno de los astrónomos que admiraba: Thomas Marsh (éste último falleció en Chile el año 2022, después de extraviarse y sufrir un accidente cerca del observatorio La Silla). 

Proyecto INNA

Al volver del doctorado, Unda Sanzana fue invitado a ser parte de la Escuela de Astronomía de la Universidad Católica del Norte (UCN), en Antofagasta. “Según yo, vendría por un par de años, pero ya voy a cumplir 20 acá”, relata. Es que después de estar en la UCN, se hizo cargo de la naciente Unidad de Astronomía de la Universidad de Antofagasta.

Hoy es parte de los científicos que levantaron la voz en contra del proyecto de hidrógeno verde INNA, de la empresa Aes Andes. Este se instalaría -de ser aprobado- a pocos kilómetros de Paranal y de otros proyectos astronómicos. Según los astrónomos, la iniciativa -que incluye paneles solares y turbinas eólicas- pone en peligro la calidad de los cielos tanto para el observatorio Paranal como para otros proyectos astronómicos en esa zona. Esto debido a la contaminación lumínica y el polvo que levantarían las obras.

Unda Sanzana explica que la astronomía chilena está actualmente “en la cresta de la ola”. Y en el caso de Antofagasta, se ha logrado cambiar el paradigma: la región está liderando las iniciativas.  “Por ejemplo, el año pasado se firmó un acuerdo entre el Gobierno Regional y la Universidad de Antofagasta para la exploración del Cerro Mackenna. Es algo que no tiene precedentes en el país: que un gobierno regional pida una concesión de terreno para estudiar las condiciones para desarrollar la astronomía en un lugar”. 

Es en ese contexto que aparece un proyecto energético que según Unda Sanzana y miles de científicos, puede poner en peligro los cielos que convierten al desierto chileno en la mejor ventana hacia el universo que tenemos en el planeta. “Obviamente no nos puede dejar indiferentes”, sostiene.

-¿Por qué los cielos del desierto de Atacama son tan importantes para la astronomía mundial?

-La cantidad de noches despejadas es muy alta y eso es fundamental para la astronomía óptica. La sequedad del desierto ayuda mucho a la astronomía infrarroja. La baja densidad poblacional ayuda a tener menor contaminación lumínica o menor interferencia de ondas de radio… pero además hay algo bien singular en el sector de Paranal (el cual estaría amenazado por el proyecto INNA). El año 2023 un astrónomo llamado Fabio Falchi publicó un estudio. Catastró qué había ocurrido con 28 lugares del mundo que en los años 70 eran los sitios más top del mundo para la observación astronómica...

-¿Y qué pasó con estos sitios 50 años después? 

-Se encuentra con la triste noticia que dos tercios de esos sitios ya superaron el límite más alto de contaminación lumínica. Él dice que los tres sitios de mejor calidad de todo el mundo están acá en Chile y particularmente en la región de Antofagasta. Son en orden: Paranal, Armazones y Cerro Chajnantor, que es donde se construye el Observatorio Tao, de los japoneses. El sitio más oscuro del mundo es Paranal. Está demostrado con información científica reciente. Si perdemos el cielo de Paranal, no tienes otro sitio en todo el planeta que sea igualmente oscuro. Pierdes para toda la humanidad la posibilidad de hacer observaciones con la calidad con que las puedes hacer en Paranal. Por eso es que es tan importante la protección de este sitio en particular.

-Hace unos días (el lunes 24 de febrero), el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) no le dio término anticipado al proyecto INNA, lo cual dejó muy preocupados a los astrónomos…

-Claro, ellos tenían la facultad legal de darle término anticipado ese día y creo que es lo que debió pasar. Tratando de entender la inacción del SEA, podría deberse a que está trabajando con personas que están en calidad de subrogantes y que pensaron que esto era una decisión que podía tener ciertas complejidades dada la escala del proyecto y dada toda la atención pública. Quizá por eso no han cedido al peso de la evidencia y a lo que es el espíritu de la ley, y han preferido no actuar. Pero si lees toda la cantidad de observaciones que no vienen solamente de la Seremi de Medioambiente de la región de Antofagasta, sino que de varios otros organismos públicos, se está cuestionando que de fondo, esto no está bien hecho. Una de las observaciones más críticas es la que tiene que ver con el Observatorio de Rayos Gamma, Cherenkov, que se va a instalar a pocos kilómetros de donde se quiere emplazar el proyecto INNA, y que requiere cielos todavía más oscuros que los de Paranal. La ubicación que propone la empresa es completamente incompatible con la actividad astronómica.

La visión de la empresa

Eduardo Unda Sanzana es uno de los pocos científicos que se sentó a conversar con representantes de Aes Andes. “Fue una conversación cordial. Obviamente esos acercamientos te permiten sacarle los cachos al demonio. No me dio para nada la impresión de que sean personas malas que quieran destruir la astronomía o el ambiente”.

-¿Y cuál es la justificación de ellos para usar ese terreno?

-Lo que han dicho en los medios, es que están en la reserva eólica de Taltal. En unos polígonos que están destinados por el Estado para proyectos de desarrollo energético. A mí no me hacía sentido cuando lo escuché. Hace algunos años, cuando el Ministerio de Energía comenzó a trabajar sobre este tema, se le envió la consulta al Ministerio de Ciencia, que la bajó a la Seremi de Ciencia, que la bajó a la comunidad astronómica y yo fui una de las personas consultadas por esos polígonos. Recuerdo haber revisado las distancias y evaluado si esto podía tener algún impacto. Eran polígonos que estaban a suficiente distancia. Afortunadamente la información es pública, se puede ir a las web oficiales y ver cuál es la reserva eólica de Taltal. No coincide con la ubicación del proyecto de energía. Están completamente fuera por varias decenas de kilómetros.

-¿Y cuáles serán los pasos ahora de la comunidad científica? están llamando a ser parte del proceso de participación ciudadana…

-Hubo un llamado de la comunidad astronómica para que la gente participe, que presente sus observaciones. Mucho de ello puede ser bien simbólico. Lo que se necesita es que los expertos hagan frente a lo que la empresa ha expresado. Eso es lo que finalmente va a tener más relevancia. Creo que ya los organismos públicos escucharon a muchos expertos y condensaron dentro de sus observaciones mucho de lo que dijimos en audiencias de lobby. De manera que afortunadamente hay bastante trabajo adelantado ahí. Hay que motivar a los expertos en el mundo astronómico. Si ahora nos quedamos dormidos  y no decimos lo que tenemos que decir en el proceso de participación ciudadana, el proyecto puede ser aprobado.

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