El salto laboral de una penquista que lleva 25 años en Inglaterra: "El inglés me abrió puertas que ni te imaginas"
De guía turística y recepcionista en Concepción a tripulante de crucero, croupier, universitaria y enfermera en el Reino Unido, son puertas le abrió el inglés a Carolina Marshall. Tras estudiar el idioma y lucirse en una entrevista laboral, la penquista viajó por el mundo y formó una familia en Inglaterra, donde se tituló de una carrera profesional.
En 1992, recién licenciada en turismo, Carolina se volcó a aprender el lenguaje que le apasionaba. Todo partió en su adolescencia porque podía conversar con sus amigas sin que las espiaran, "era como hablar en clave", señaló a SABES. Pero no imaginó que le cambiaría la vida, "no fui a un colegio carísimo nunca. Estuve en un colegio estatal y numerado" y aún así, dio el salto.
Los cinco años que pasó en el Instituto Chileno Británico de Cultura de Concepción fueron claves. "Era muy bonito el ambiente, nos mostraban programas de televisión en inglés, teníamos que tratar de traducir, de entender canciones. Era excelente. Me encantaba ir a una cosa más social y sabía que estaba haciendo algo que me ayudaba", indicó. Con sus profesores y compañeros se formó en "el inglés conversacional, que es el que te hace aprender el idioma", agregó la enfermera.
En 1997 consiguió la oportunidad de su vida y se fue a bordo de un Royal Caribbean, donde conoció a su futuro marido. Pasaron dos años en Estados Unidos y luego se mudaron a Nottingham, donde trabajó como croupier en casinos, "un trabajo muy bien pagado", precisó, antes del nacimiento de su hijo.
Con 43 años ingresó a la universidad, "salí a los 47 y llevo 3 años trabajando en cuidados críticos. Y me va súper bien", comentó Marshall. La nativa de Concepción, que ya piensa y sueña el inglés, celebró que "he tenido, económicamente, oportunidades que en Chile habrían sido imposibles". También lidera una página dedicada al autismo y es parte de la comunidad latina en su ciudad.
Estudios revelan la importancia de aprender inglés
Aunque la historia de Carolina suene increíble, los estudios respaldan la importancia de aprender inglés para el desarrollo laboral dentro o fuera del país. "El inglés me abrió puertas que ni te imaginas", dijo la penquista.
Según un informe de la consultora PageGroup, el dominio del idioma está siendo cada vez más valorado por las empresas. De hecho, los profesionales en América Latina que cuentan con un nivel avanzado de inglés pueden aumentar su salario entre un 30% y un 50%.
Asimismo, el Global Competitiveness Report del Foro Económico Mundial resaltó la importancia del inglés como un factor clave para la competitividad de las naciones. En Chile, sectores como la tecnología, el turismo, la ciencia y la industria de servicios han visto un crecimiento significativo en la demanda de profesionales bilingües.
Además, más de 50 países tienen como lengua principal al inglés, así que hablarlo permite viajar con confianza y aprender nuevas culturas.
"Yo no fui a un colegio privado, estudié el B38 de Concepción, era buena alumna. Y como adulta yo siempre pienso, en Chile la gente gasta tanta plata en colegios caros cuando en la realidad lo más importante es aprender inglés. Eso es más importante, un curso de inglés cuando tus hijos son adolescentes, porque si van a tener cabeza o no, no tiene nada que ver con el colegio", reflexionó Marshall.
El inglés en la vida de Carolina: De Concepción a Nottingham
El idioma marcó hitos en la vida de Carolina Marshall, su carrera era bilingüe y desde que entró a estudiarlo, no paró más.
Uno de los más importantes fue su entrevista para ser tripulante de crucero. "Había un agente en Chile, él me hizo toda la entrevista en inglés y no hubo ningún problema. Me desenvolví bien y me dieron el trabajo en el momento", recordó la profesional. A casi 30 años de ese efecto mariposa, hoy trabaja en uno de los hospitales más importantes del Reino Unido.
"Yo siempre supe que en inglés me iba a abrir una puerta, una ventana, pero no sabía cómo hacer eso. Y cuando me llegó la oportunidad, la tomé y mi vida cambió", celebró Marshall.
Eso sí, el cambio al inglés le quitó su sentido del humor, "lo que para ti es gracioso en tu idioma, lo traduces y la gente te queda mirando. Con mi esposo un día íbamos caminando y se tropezó. Yo le dije 'son cabezonas las hormigas', como decimos en Chile, y él buscaba a la hormiga. O frases cotidianas, 'por si las moscas' es 'for if the flies', no tiene sentido".
Pero lo vale por su familia, su trabajo y el crecimiento personal que significó aprender inglés. "Lo que pasa contigo, después de vivir tantos años hablando otro idioma, es que llegas a ser una persona híbrida. Tú no perteneces ni a un país ni al otro, perteneces a los dos", sentenció Carolina.
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