OPINIÓN| "2023: Un año perdido para Concepción", por Álvaro Pillado
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Cada fin de año es un buen momento para reflexionar sobre los acontecimientos del año que se va y sobre los desafíos que enfrentaremos el año que llega. Es un ejercicio que sirve tanto para la propia vida, como para las instituciones y, también, las comunidades.
En el caso de Concepción, aunque tuvimos algunos hitos positivos, como la declaración por UNESCO como Ciudad Creativa de la Música, el Rally Mundial y los triunfos locales en los Juegos Panamericanos, en general, el 2023 fue un año perdido.
Terminó el año y poco cambió: el Mercado continuó en ruinas, el puente Bicentenario siguió inconcluso, los edificios emblemáticos como la ex Contraloría o el ex Liceo Balmaceda permanecieron abandonados, y casi ninguno de los grandes proyectos que estamos acostumbrados a escuchar se concretó.
En materia de seguridad, ciertamente este fue un año para olvidar. El comercio ilegal superó a las autoridades y vemos como, en una ciudad reconocida por sus más de 40 galerías comerciales, los locatarios deben cerrar más temprano por temor a la delincuencia. Según datos de la Cámara de Comercio penquista, las ventas del comercio formal bajaron cerca de un 30% esta Navidad en comparación al año anterior.
También parece que nos acostumbramos a ver las fachadas rayadas y las calles sucias. Las vitrinas con cubiertas de latón que ya se perpetuaron. Y de manera irremediable ya nos acostumbramos a que el transporte público deje de funcionar a las 20 horas, afectando nuestra calidad de vida.
Por otra parte, el 2023 pareciera haber consolidado esa idea de que Concepción es la ciudad de los proyectos que solo quedan en anuncios. Basta observar que vuelven a aparecer titulares ofreciendo esos mismos planes que llevamos tantas décadas escuchando y que nunca se concretan: el metro, el tranvía, el teleférico, el soterramiento de la vía férrea para conectar la ciudad al río, son solo algunos de ellos.
Pero a pesar de estos problemas, Concepción tiene un gran potencial para el futuro. Como capital de una región con un importante sistema portuario y sectores económicos relevantes como el forestal, siderúrgico y agrícola, la ciudad tiene oportunidades de crecimiento y desarrollo únicas. Además, su categoría de ciudad universitaria y su liderazgo en ciencia, tecnología e innovación pueden fomentar un ecosistema de emprendimiento e investigación que brinde mejores oportunidades a los profesionales y técnicos de la región.
Por eso, a pesar de este largo estancamiento, junto a la resiliencia y orgullo de sus habitantes, podemos tener esperanza de un mejor futuro para Concepción, que proyecte la idiosincrasia de una ciudad amable para vivir, con el necesario desarrollo que permita que todos, y no solo unos pocos, puedan disfrutar de las bondades de una tierra bendecida por su entorno natural.
Se inicia el 2024 con muchas tareas pendientes y grandes desafíos. Esperemos que, en el futuro, cuando hagamos un nuevo balance, podamos decir que recuperamos la seguridad, los espacios públicos, el comercio, el empleo y las oportunidades. No sigamos perdiendo el tiempo, tenemos todo para volver a hacer grande Concepción.