La etapa como directivo de Michael Jordan

La imagen de Michael Jordan está totalmente asociada a un balón de baloncesto en las manos. Con seis anillos de la NBA en su palmarés y una carrera deportiva llena de logros personales y colectivos, la leyenda de Jordan es conocida en todo el mundo. Sin embargo, su liderazgo en la cancha no se ha traducido en éxito en los despachos de la liga.

La transición de jugador a los despachos

La tercera retirada de Jordan fue la retirada definitiva. En el año 2003, tras una última temporada jugando con los Washington Wizards, colgó las zapatillas, pero no terminó de alejarse del baloncesto. Tan solo tres años más tarde, adquirió una participación en los Charlotte Bobcats (ahora conocidos como Charlotte Hornets), y en el año 2010 se convirtió en el principal propietario del equipo, convirtiéndose en el primer ex jugador propietario mayoritario de una franquicia de la NBA. Para las apuestas NBA, esta transición prometía ser un éxito absoluto, pero no fue así.

Bajo la gestión de Jordan, los Hornets han sufrido muchos altibajos a lo largo de los años. Si bien conseguirían su primera clasificación a los playoffs de la NBA ya con Jordan como propietario, solo dos temporadas después lograrían el primer récord negativo de la franquicia: un 7-59 de balance en el año del ‘lockout’, el peor de la historia de la liga. Solo en dos ocasiones más entraron en los playoffs, y en ambas ocasiones, fueron eliminados en primera ronda por los Miami Heat.

Las elecciones en los drafts, una de las mayores manchas

Una frase que se suele decir en inglés es ‘GOAT recognizes GOAT’, que se podría traducir como ‘el mejor reconoce al mejor’. En este contexto, se podría decir que los jugadores talentosos saben ver cuándo otro jugador tiene muchísimo talento por explotar. Sin embargo, la carrera de Michael Jordan en los despachos parece desmontar un poco este mito.

Por una política agresiva de traspasos de la anterior gerencia, el primer draft de la NBA de Michael Jordan fue en el año 2011 en lugar de en 2010. En esta temporada, eligió a Kemba Walker y Tobias Harris en primera ronda, aunque el segundo acabó traspasado. Parece una decisión muy acertada… si descontamos lo que dejó pasar. Entre ellos, Klay Thompson y Jimmy Butler, dos de los jugadores más dominantes de la NBA en la última década. Draymond Green, al año siguiente, tampoco cayó en sus garras. Michael Kidd-Gilchrist fue el elegido… quien lleva tres años fuera de la liga.

Y el repaso puede ser aún peor. Giannis Antetokounmpo, una de las imágenes de la NBA hoy en día, bien pudo haber sido una de las estrellas de sus ahora llamados Hornets… pero Cody Zeller le pareció más interesante. Nadie sabe qué vio en Frank Kaminsky en 2015 para preferir sobre Devin Booker, otro tirador excepcional que salió varias elecciones después. O por qué eligió (muy acertadamente) a Shai Gilgeous-Alexander… para traspasarlo inmediatamente.

Desde entonces, solo LaMelo Ball parece haber sido una elección muy buena, y falta ver cómo cuaja Brandon Miller en la NBA, la que va a ser su última ocasión para elegir. Tras casi 15 años tratando de reconducir a la franquicia, Jordan la ha vendido. Esperemos que los nuevos dueños sean capaces de corregir muchos de los errores de la gran estrella que no supo liderar a los Hornets al estrellato… como sí hizo a los Bulls desde las canchas.