“Descentralizar sin centralizar”: Delegado Toro sale al paso de cuestionamientos a la Reforma Constitucional que modifica rol de los Delegados Presidenciales
Sigue la disconformidad al interior de los Gobernadores Regionales, a la que incluso se han sumado parlamentarios por la reforma constitucional que modifica el rol de los Delegados Presidenciales.
La iniciativa fue presentada el miércoles, a horas de la cuenta pública presidencial y en ella se cambia el rol a un “Jefe regional de Gobierno Interior”, quien deberá coordinar y supervigilar a los servicios públicos. También deberá coordinar las funciones de los distintos órganos de la Administración del Estado para el ejercicio de las atribuciones del Presidente de la República en la región.
Lo anterior generó un reguero de cuestionamientos, a nivel nacional, por parte de los gobernadores, quienes tildaron el proyecto de “mala broma”, “contradictorio” e “incumplimiento” de la palabra por parte del primer mandatario con respecto a la palabra empeñada en campaña y reafirmada en dos ocasiones, la última hace algunas semanas, al presentar la Ley “Regiones más fuertes”.
Pero desde el Ejecutivo local defienden la propuesta presentada por La Moneda y quien lo hizo fue el delegado presidencial en Arauco, Humberto Toro con un particular juego de palabras. “Yo creo que hay que descentralizar sin centralizar, es evidente que se busca una mayor autonomía de los gobiernos regionales, lo que yo apoyo. Pero no podemos hacer que las decisiones del gobierno nacional se tomen en Santiago, tiene que haber un nivel de descentralización con los territorios”, opinó.
A diferencia de la delegada Dresdner, Toro si se abrió a la opción que este rol pueda ser asumido por la Seremi de Gobierno. “Eso se deberá discutir en el debate parlamentario, pero debe existir una figura que coordine, estamos en un país democrático para discutir cuál es la mejor forma” estimó.
Arriesga rechazo rol de los Delegados Presidenciales
En el mundo parlamentario hay división en la presentación del proyecto, puesto que en algunos congresistas genera conformidad y en otros no.
Escenario que se vive, por ejemplo, al interior del oficialismo local, puesto que la diputada María Candelaria Acevedo (PC) respaldó la iniciativa ya que “se le cambia la tipificación a los delegados, con una claridad en las facultades que tendrá cada uno. Se da un paso en esta transición donde los gobernadores tendrán mayor autonomía”.
Pero el senador Gastón Saavedra (PS) adelantó que de mantenerse así el proyecto, lo rechazará. “Esto es gatopardismo porque no se elimina nada, existe un compromiso de terminar con el representante del presidente en las regiones y fortalecer la democracia regional”.
El diputado Félix González (PEV) apuntó a que “existe un compromiso para terminar con los delegados presidenciales y empoderar a los gobernadores y cores. El proyecto de ley no se hace cargo de eso y transforma a los delegados en jefes con las mismas atribuciones y a los gobernadores disminuidos”.
Por su parte, el jefe de bancada Radical, Liberal y de la DC, Eric Aedo, consideró que “la promesa del gobierno para eliminar el cargo es una apariencia, siguiendo el poder en La Moneda y los gobernadores terminan siendo un alcalde mayor que reparte algunos recursos. Esta no fue la promesa del presidente Boric y está al debe en la descentralización”.
No cumple la palabra
En la oposición, simplemente creen que el proyecto de reforma presentado por el Ejecutivo no es lo comprometido con los gobernadores.
El senador Enrique van Ryselberghe (UDI) dijo que “no cumple con otro compromiso presidencial y una demanda de todas las regiones del país, de transferir más atribuciones y competencias a los gobernadores regionales para que exista una real autoridad regional empoderada”.
Van Rysselberghe avizora un escenario no muy auspicioso para la normativa, lo mismo cree la diputada Marlene Pérez (Ind), puesto que “es una burla a la descentralización y a la voluntad de las regiones. Se trata de una reformulación de la figura de los delegados presidenciales, que mantienen el poder centralizado y la dependencia de las decisiones del Gobierno. Esto incumple una promesa de este propio Gobierno, que se comprometió a fortalecer el rol de los gobernadores regionales”.
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