Cecilia Pérez, ex Ministra de la Mujer: Género, Infancia y Masculinidades
Fotografía: Archivo UdeC

Cecilia Pérez, ex Ministra de la Mujer: Género, Infancia y Masculinidades


Por Vale Vivallo | 30 Julio 2020 15:24
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En conversación con EyMujer/SabesMujer, la ex ministra de la Mujer, Cecilia Pérez Díaz, analizó la resignificación de la mujer, considerado pilar de las nuevas políticas de perspectiva de Género, Infancia y Masculinidades. Sobre este último punto, advirtió el “resentimiento” intensificado en los hombres a partir del movimiento feminista. En tanto, sobre el Sename, confirmó que murió y se espera una nueva institucionalidad.

Comenzamos este análisis sobre el punto en el que Chile se encuentra en la discusión legislativa y social de Equidad de Género, recordando el famoso Silabario con el que muchos aprendimos a leer, un estereotipado “Mi mamá me mima, mi papá fuma pipa”.

Sólo hace 30 años, en el país se comenzó a relevar la violencia sexista y la necesidad de implementar políticas públicas orientadas a resignificar el rol de la mujer en la sociedad.

Y es que la recuperación de la democracia en América Latina, trajo de la mano algunos cambios.

Por ejemplo, en Chile, en la primera foto oficial del gobierno de Patricio Aylwin sólo se vieron vestones. Pero en la foto del segundo año de su gabinete, diferencia hizo la primera falda en medio de los trajes masculinos. Se sumaba la primera mujer al gabinete.

Democracia y perspectiva de género

Desde ahí, según la académica y política de 53 años, la implementación de perspectiva de género ha sido lenta institucionalmente, pero cuando llevamos esta temática a la conciencia social, se muestran avances relevantes.

“Sin duda, actualmente hay más conciencia de derechos, más información y eso se debe a que estamos hiperconectados con el mundo, por lo que las mujeres chilenas saben que forman parte de un movimiento mayor”, comentó Cecilia Pérez, quien estuvo a cargo del Servicio Nacional de la Mujer durante el Gobierno de Ricardo Largos, ocupando jerarquía de Ministra de Estado.

Cecilia forma parte de importantes programas tanto en implementación de políticas de Equidad de Género en el Poder Judicial, como en otra de las áreas que la apasiona, la Infancia y Adolescencia, a través de un programa bajo convenio con la Unicef y las Universidades de Concepción y de la Santísima Concepción.

Legislar sobre divorcio, violencia y Ley Zamudio

Durante el período en el que encabezó el servicio que más tarde se transformó en un ministerio, le correspondió legislar sobre la Ley de Divorcio, la Ley de Violencia y la que hoy es conocida como Ley Zamudio.

Su primera incursión política a gran escala fue su designación como Ministra de Planificación (Mideplan) donde sacó partido a su experiencia previa a la cabeza de la Fundación para la Superación de la Pobreza. Creó reconocidos programas como el Chile Solidario y el programa Puente, enfocado en ayudar a familias en situación de vulnerabilidad.

“Fue una sorpresa que me llamaran a integrar el gabinete, primero como Mideplan y luego en Sernam. Desde el principio mostré mi interés en que si íbamos hablar con perspectiva de género había que considerar el ámbito educacional. Es fundamental que sean los niños, niñas y adolescentes, los primeros en conocer de equidad de género”, enfatizó Cecilia Pérez.

Pese a lo anterior, una de las primeras críticas y autocríticas que planteó, es que muchas veces se obvia a las familias, por lo que el intento queda cojo.

“No estamos lo suficientemente conscientes sobre lo importante de incluir a los niños y las familias en la discusión sobre equidad de género. Ya la educación inicial debe hacerse con perspectiva de género”, recalcó.

Mujeres jóvenes y autodidactas

El movimiento feminista joven, proviene del mundo estudiantil, “con una conciencia de derechos muy distinta, desprendidas de pudores, y la mezcla de todo esto es intensa. En 2018 irrumpió un movimiento de mujeres autoconvocadas, que se definían como separatistas, o sea, los hombres estaban excluidos”.

Agregó que “se trató de mujeres autodidactas, otras con afinidad con el anarquismo original, otras no politizadas, etcétera. Se vivió una irrupción tal que de inmediato uno pudo identificar que se marcaría un hito en la historia reciente del país”.

Era lo que el país necesitaba para que se diera un nuevo impulso a políticas de equidad de género que estaban trastabillando en sus discusiones legislativas y que presentaban cada vez menos avances.

Críticas al actual ministerio

“Se echa de menos la presencia de la ministra en asuntos de violencia de género o en las discusiones que se dan mediáticamente y que reflejan lo que muchas mujeres sufren. Las ministras Plá y Zalaquett, aunque en menor medida esta última, han hecho evidente que no hay convicción en este gobierno para abordar estas temáticas. Es por eso que se entiende la distancia con lo que la ciudadanía espera de ellas”, argumentó.

Y hubo más críticas.

La Ley de Identidad de Género no es la mejor. Se pudo hacer mucho más, pero, muy por el contrario, se dejó afuera a los niños y adolescentes como si ya no sufrieran lo suficiente. En la discusión en el Congreso, la UDI, y particularmente la presidenta de la colectividad, Jacqueline Van Rysselberghe, tuvieron un rol fundamental para no permitir a los menores de 14 años integrar esta ley, como si ellos no tuvieran capacidad de decisión sobre su cuerpo”.

Masculinidad y resentimiento

Uno de los aspectos que más preocupa a Cecilia Pérez, está relacionado con que, mientras se avanza en la concientización de la mujer sobre la violencia sexista, se ha intensificado un peligroso resentimiento en los hombres.

“Es brutal. Por un lado, se dan pasos en lo institucional, pero por otro, los hombres adoptan un resentimiento que resulta peligroso y que poco o nada se ha analizado”, advirtió.

Y es que tampoco se ha replanteado la masculinidad, porque, así como se entendía antes, ya no puede continuar.

“Si pensamos en lo que significa ser hombre hoy, tenemos que considerar que socialmente deben contener sus emociones, deben ser competitivos, asegurar su condición de proveedor, entre muchos otros estereotipos”, sentenció.

“De ahí viene mi preocupación”, añadió la ex ministra.

¿Qué pasa con los estereotipos de género? ¿Nos detenemos a pensar en los obstáculos de la masculinidad? Es un verdadero suplicio para los hombres”, recalcó.

Gestión pública sobre género

Tres grandes fases se han experimentado en el país en relación a la implementación de políticas de género.

La primera, fueron los Planes de Igualdad y Oportunidades, conocidos como PIO, los que se concentraron en revisar currículum, formación de profesores y textos escolares, en el ámbito educacional.

Luego, se diseñó un modelo de gestión pública sensible al género.

Se creó un Comité de la Igualdad, se condicionaron los PMG en el sector público y se transversalizó la perspectiva de género de manera vinculante y formativa.

"Esta etapa sufrió harta resistencia", recordó Cecilia.

La tercera etapa, a su juicio, está íntimamente relacionada con el momento en el que la primera mujer presidenta establece una Agenda de Género.

“Michelle Bachelet politizó más la materia, aprovechando la relevancia cultural de su llegada a la Presidencia”, explicó. 

Por primera vez ya se hablaba de autonomía física (sexual), política y económica.

En otras palabras, la mujer dejaba su rol casi excluyente de quedarse en lo privado, en la familia y el cuidado de los niños, para salir a lo público a buscar oportunidades laborales y acceder a la independencia económica.

“Con el gobierno de derecha se retrocedió”

“Todo esto, que avanzaba bastante bien, sufrió un retroceso brusco al asumir un gobierno de derecha en 2010. La mujer vuelve a ser entendida como el pilar de la familia y, por lo tanto, se adecúa todo para que las políticas públicas otorguen estabilidad y seguridad a que la mujer se quede en la casa”, sentenció la ex Ministra de la Mujer.

“Se dicen pro vida, pro familia, pero castigan a la mujer trabajadora con la maternidad. Por eso el postnatal de seis meses es una cuestión casi inédita en el mundo y concita discusión en grupos feministas”.

Explicó que muchos países priorizan la libertad de trabajar de la mujer y no la reducen al rol de cuidadora puertas adentro. “Ahí veo un doble discurso”.

En ese camino surgen espacios como el de la Asociación de Magistradas Chilenas (MACHI) o la Asociación de Abogadas Feministas (ABOFEM), puntualizó.

La infancia y adolescencia

Cecilia Pérez, de profesión Asistente Social, actualmente se desdobla en dos grandes áreas que cada cierto tiempo se entrelazan: la mujer y la infancia y adolescencia; y cuando se habla de esto último, por lo general, se apunta al Sename.

“La región del Biobío está en una situación muy complicada. A los cuestionamientos que se arrastran por años al Sename, se suman las denuncias de supuestas adopciones ilegales, una acusación que a todas luces amerita una exhaustiva investigación”, sentenció.

“Las irregularidades al interior del Servicio Nacional de Menores han llevado al Ejecutivo y el Poder Legislativo a reforzar la discusión sobre la creación de un nuevo Servicio Nacional de Protección Especializada de Infancia y Adolescencia, el que aún no es aprobado porque parlamentarios exigen que primero se constituya la Ley de Garantía de los Derechos de los Niños, legislación que debió instaurarse en el país hace 30 años, cuando Chile adhirió a la Convención de Derechos del Niño”, apuntó.

Desafíos al Estado y la Sociedad

“Aquí hay que recordar que el Sename fue creado en 1979 para hacerse cargo de los niños pobres, calificándolos como “objetos de protección del Estado”, o sea, el Estado tutelaba niños vulnerables.

Diez años después, en 1990, con la ratificación de la Convención, los niños pasan a ser considerados “personas plenas” y sujetos de derechos”.

“Pese a algunos intentos, ese cambio cultural ha resultado insuficiente y eso nos lleva a que hoy en día, el Estado y la Sociedad chilena no se preocupe como corresponde de la infancia y la adolescencia del país, con todas las problemáticas de público conocimiento”.

El Sename está llamado a desaparecer, aseguró Pérez Díaz. Se está en el último trámite legislativo, por lo que, a fines de 2021, deberá comenzar a implementarse la nueva institucionalidad.

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Futuro político

El único alto que ha hecho a lo largo de su carrera política y académica, fue cuando decidió dar espacio exclusivo a vivir su maternidad tras adoptar una bebé. Se retiró por casi un año de los cargos directivos.

Al poco andar Cecilia Pérez volvió al orden público tras ser llamada por quien recién asumía la Intendencia del Biobío.

María Angélica Fuentes, le pidió coordinar el Plan Arauco, “claro que en ese tiempo se hizo un trabajo totalmente distinto del que se implementa hoy”, lamentó.

No nació política, se hizo política. Cree firmemente en la fuerza y la capacidad de la mujer para enfrentar cargos públicos y, en su caso, un rol que llama especialmente su atención, es la de asumir una alcaldía.

Es uno de los desafíos políticos que Cecilia Pérez Díaz, podría enfrentar en el futuro.

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