La reciente realización de la competencia Fórmula E en Chile, además de ser un evento deportivo que ya se realiza hace tres años, ha involucrado también un espacio o momento en el año en que la opinión pública observa o reflexiona en torno a la electromovilidad.
Y es que el último año ha sido un periodo especialmente relevante enpolíticas públicas sobre la materia: no sólo se lanzó la “Estrategia Nacionalde Electromovilidad” a nivel de Gobierno, sino que en hechos se incorporaron386 buses eléctricos al transporte público dejando a Chile con la flotaeléctrica más numerosa en América Latina, se ha incentivado incluso el recambiode taxis convencionales por eléctricos o híbridos mediante subsidios y tambiénse han renovado recientemente por el Ministerio de Energía el compromiso público-privadopara promover su desarrollo.
En la esfera privada, por otro lado, ha crecido exponencialmente el interés por adquirir un vehículo eléctrico o bien uno híbrido. En efecto, si bien a partir del año 2011 se lanzó el primer vehículo eléctrico en el mercado chileno, sólo se vendieron 5 unidades en 2012 y la misma cantidad en 2013. Unos años más tarde, en 2018 ya se vendían 197 vehículos eléctricos en el país, tendencia que continuó en aumento durante todo el 2019.
Con todo, pese que los avances en electromovilidad han sido relevantes, porahora se han concentrado en su mayoría la capital y su expansión hacia el restode las regiones está aún en proceso. No obstante aquello, es aquí es dondesurge una valiosa oportunidad para los gobiernos regionales y autoridadesmunicipales para promover a nivel local la electromovilidad, ya que si bien ennuestro país no existen créditos fiscales o bonos para la adquisición devehículos eléctricos como los hay en países como Estados Unidos o Alemania, sise podrían en cambio adoptar otros modelos de incentivos regulatorios a nivellocal, como por ejemplo la asignación de vías exclusivas, exención del valordel permiso de circulación, estacionamientos reservados o libres, o bienrebajas de autopistas o peajes.
En cualquier caso, este será uno de los grandes cambios del país en los tiempos que se avecinan, y a pesar de que actualmente nos encontramos en una transición, sea regulatoria, de infraestructura o formación en la materia, sin duda alguna la electromovilidad ya está instalada en nuestro presente, y atrás han quedado los tiempos cuando se veía con distancia y lejanía.
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