A los ex vecinos del edificio Alto Río les cuesta luchar por sus indemnizaciones a 15 años del 27F: "Los pilló la edad"
Fotografía: El edificio Alto Río tras el terremoto y Corina Bastías siendo rescatada. Foto: Archivo y 24 Horas.

A los ex vecinos del edificio Alto Río les cuesta luchar por sus indemnizaciones a 15 años del 27F: "Los pilló la edad"


Por Patricia Castillo | 27 Febrero 2025 07:24
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Katty Hernández tenía 45 años cuando se derrumbó el edificio Alto Río, uno de los símbolos de la destrucción que dejó en Concepción el terremoto del 27 de febrero del 2010. El tiempo pasa, hoy tiene 60 años y aún demanda el resto de su indemnización, como el resto de los sobrevivientes y afectados, cuyas fuerzas decaen ante una deuda millonaria por una propiedad que no existe.

"Hay tanta desmotivación de las personas porque los pilló la edad. En ese tiempo, cuando ocurrió el terremoto, muchos ya eran jubilados o estaban por jubilar, y hoy en día esas personas ya están mayores y no tienen el ánimo ni la fortaleza para seguir luchando. Algunos están viviendo de allegados, económicamente están muy deteriorados", señaló Hernández a SABES.

A 15 años del sismo 8.8, quieren que sus historias sean visibles. "Lo único que estamos pidiendo es que el Estado se haga responsable de un grupo humano que está sufriendo, que está siendo atacada su dignidad", expresó la propietaria. El paño de terreno en Los Carrera acumula una deuda de más $500 millones en contribuciones que no les permite recibir la segunda parte de su indemnización, agregó.

Corina Bastías llegó al Alto Río para tener algo a futuro

Corina Bastías Troncoso es químico analista y por años fue funcionaria de la Universidad de Concepción, también es madre y divorciada. En el 2010 llegó al Alto Río, "tomé la decisión de irme a vivir al edificio, en un departamento que había adquirido para poder tener algo a futuro. Para tener una jubilación tranquila", señaló. Un año antes había sufrido un ACV.

El terremoto la dejó atrapada en un rincón del departamento, dentro de un pequeño refugio entre su cama y el clóset de donde la rescataron. Ya no vive en Concepción.

A sus 72 años, la jubilación no le alcanza, "sería adecuada para mí, pero mis gastos son mayores dado mi condición visual. La ceguera me la declararon en el año 2012", comentó. El sismo le quitó el hogar para su tercera edad, "he arrendado por muchos años y tuve que dejar de arrendar porque ya se me estaba haciendo difícil", lamentó.

Ahora, el Alto Río es una especie de bien raíz "fantasma" que le dificulta acceder a ayudas sociales. "La naturaleza no sabe de estratos sociales", indicó, agregando que "ostentas un título y tienes una liquidación de sueldo que no te permite obtener la ayuda necesaria".

Foto: Víctor Salazar | Agencia Uno.

Roberto Donoso tenía la ilusión de vivir tranquilo

Roberto Donoso pasó siete horas atascado entre los escombros del décimo y el noveno piso, casi sin oxígeno. Un año antes le había presentado el departamento a su hijo Mauricio Donoso. "Me llevó a la azotea y allí me contó de su ilusión de vivir tranquilo y disfrutar de todo lo que ahorró", escribió el periodista en marzo del 2010 para El Mercurio de Valparaíso.

Según relató Katty Hernández a este medio, el ex vecino hoy "vive en una zona de la sexta región. En estos momentos está viviendo sin agua y sin luz, ya que a él no le dio su parte económica. Él me dice 'yo no puedo en estos momentos viajar, ni comunicarme, a veces tengo Internet. Te pido que cuentes mi caso y que nuestros problemas lleguen a oídos del Estado'".

Desde un inicio, Donoso no pudo sumarse a las reuniones de los afectados porque debía mantener reposo para evitar una trombosis. Pero ya en el 2010 estaba sumamente frustrado con la empresa Socovil.

"Han jugado con nuestras ilusiones y con nuestros ahorros. No podemos permitir que siga ocurriendo esto en Concepción ni en cualquier lugar de nuestro país", le expresó hace 15 años a su hijo.

La historia que José Luis León no puede contar

José Luis León fue la última víctima recuperada después de 11 "largos y agónicos" días de búsqueda entre las ruinas del Alto Río, señaló su hermana Bárbara León. Al joven de 26 años lo encontraron en un punto de grandes daños, la escalera de emergencia entre el segundo y el primer piso.

Oriundo de Santiago, cinco años antes se había instalado en la ciudad penquista. "Mis padres viajaron de Santiago a Concepción, enfrentándose a un escenario terrorífico, con toque de queda, con saqueos", agregó Bárbara.

Lo buscaron "hasta que se logro el objetivo, que era encontrarlo. Lamentablemente sin vida, pero lo encontramos".

Sobre los 15 años desde el derrumbe del Alto Río, la joven opinó que "es realmente una burla cobrar contribuciones después de todo lo vivido y lo perdido".


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