"Un Café Con...": José Opazo, 'La parrilla de Don Talo' y su literal renacer de las cenizas
El sexto capítulo del podcast "Un Café Con...", dirigido por el abogado Remberto Valdés, tuvo como invitado al empresario local José Opazo, fundador del reconocido restaurant penquista "La Parrilla de Don Talo".
A lo largo de la conversación, hablaron sobre la historia del local, la importancia de la familia, la reinvención empresarial y la superación de las crisis. "Esto nace en el 2002, hace ya 22 años atrás. Partimos en Baquedano en una casa que se quemó, la cual tuve la idea de reconstruir para crear el restaurant", señaló.
La conocida parrillada no fue la primera incursión empresarial de Opazo, pues "yo venía de un fracaso económico. Tenía barracas de fierro y me pilló la crisis asiática con mucho crédito en la calle. No pudimos recuperar nada de eso y por lo tanto, el tema a seguir fue el gastronómico".
'Don Talo' y la familia Opazo
El nombre del popular local no es en referencia a su fundador, sino que es en honor a José Lautaro Opazo Molina, padre del invitado a "Un Café Con...". El entrevistado destacó que su interés y cercanía con el emprendimiento viene de sus progenitores, quienes tenían un pequeño negocio cuando él era un niño.
"Mi papá era empleado de CAP y en ese entonces, los trabajadores los trasladaban en un bus, entonces a eso de las 4 de la tarde todos los días, ellos pasaban a esta picada chiquitita que teníamos y los atendíamos a todos. Yo tenía 11 o 12 años, hijo mayor de cinco. Desde temprana edad comencé a asumir roles importantes, atendiendo el negocio cuando ellos salían", narró.
José Opazo intentó seguir en las huellas de su padre, al realizar su práctica profesional como técnico en administración en la empresa Sabimet, del Grupo CAP. Sin embargo, cuenta que "cometí muchos errores y no pude llegar a estar más tiempo en esa empresa. Esa fue una era importante, porque teníamos todo para poder ya encauzar la vida hacia ese rubro".
De restaurant a importadora de insumos de aseo
La empresa, a 17 años de la apertura de su sede inicial en Baquedano, abrió un segundo restaurant, en la comuna de Talcahuano. Fueron tan solo cuatro días que el local permaneció abierto sin problemas, puesto que inició sus funciones el 14 de octubre de 2019. Pasaron cerca de 96 horas desde el hito para que iniciara el estallido social, pausando al país por completo.
Posteriormente, cuando Opazo ya se esperanzaba con mejores días, llega la pandemia. La contingencia sanitaria golpeó a todos los rubros económicos existentes, pero el gastronómico fue uno de los más afectados. Las restricciones sanitarias imposibilitaron el funcionamiento de los locales a nivel nacional por más de un año, con un posterior regreso paulatino a la normalidad.
Esta crisis obligó a Opazo a reinventarse para sobrevivir a este nuevo mundo, golpeado por el covid-19. Así, decidió mover sus fichas a una de las pocas áreas comerciales que triunfaron con la emergencia: los insumos de aseo. "Ahí nace la Comercial Don Talo, que es una empresa que se dedica a la distribución de estos elementos. Hemos ido a China a traer productos de allá. Tenemos los mejores precios en basureros y otros insumos en la zona porque manejamos productos que también están en Santiago, pero los tenemos acá", puntualizó.
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