Editorial: Los ministros de la Corte Suprema debieran ser elegidos por el poder judicial y punto
En una Caja de Pandora se convirtió el celular del abogado Luis Hermosilla. Del aparato ha salido de todo, conversaciones reservadas cuestionables, tráfico de influencias, hasta poemas enviados por algunos de sus contactos.
Pero lo último revelado por Ciper fueron las gestiones para nombrar a los ministros de la Corte Suprema. Hay jueces que a través del abogado realizaban contactos con los ministros del poder ejecutivo o asesores de la Moneda para designar a los supremos que fueran funcionales a sus intereses políticos.
El mecanismo que quedó al descubierto se ve feo públicamente, pero todos sabemos que así funciona el sistema. Tras estas revelaciones en la Corte Suprema primero hubo silencio, luego se anunció la actualización a su código de ética y una mesa de trabajo con el poder Ejecutivo y Legislativo, sin embargo, durante la jornada de ayer el presidente del máximo tribunal del país confirmó la activación de una comisión de ética para analizar los casos ya designados y que involucran no a uno sino a varios jueces.
Definitivamente hay que estudiar con detalles la coherencia que existe en afirmar que en Chile hay independencia de los poderes del estado versus el hecho que el poder ejecutivo con participación del Congreso nombre a los ministros del máximo tribunal del país. Mientras esto ocurra habrá evidentemente tendencia a nombrar a jueces más afines al color político del Gobierno de turno o negociaciones oscuras que no tienen que ver con la trayectoria del juez sino más bien con intereses políticos coyunturales.
El nombramiento de los jueces, de los ministros de las cortes de apelaciones y de la suprema debiera estar a cargo del mismo poder judicial y punto, mientras esto no ocurra seguiremos con estos problemas.
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