Los desafíos que tiene la carrera de Teatro UdeC: Equiparar el legado que dejó el TUC
79 años han pasado desde que la Universidad de Concepción abrió sus puertas al teatro. En esa ocasión estuvo funcionando por 28 años, hasta que el golpe militar obligó a su cierre.
Por sus aulas y tablas pasaron históricos de la dramaturgia local y nacional, figuras relevantes como Brisolia Herrera, Mireya Mora e Inés Fierro, a las que se sumaron los actores que arribaron desde Santiago como Delfina Guzmán, Luis Alarcón y Jaime Vadell.
A todos ellos, se agregó en 1959, Pedro de la Barra, quien es considerado como padre del teatro chileno y dirige el montaje “Población Esperanza”, que se acerca a un retrato más popular de la sociedad local. En ese elenco también estuvieron Nelson Villagra y Tennyson Ferrada.
A 51 años del cierre de la carrera, este 4 de marzo, con 47 estudiantes, la UdeC reabrió Teatro para continuar con el legado que dejo el TUC en las tablas nacionales.
El rector de la casa de estudios, Carlos Saavedra apuntó a los estudiantes, ya que “son ustedes los que nos permiten materializar este sueño anhelado por mucho tiempo, por muchas generaciones, y que se inicia en forma, digamos, actoral en términos amateur, no profesional, con grandes nombres en el quehacer nacional, como Delfina Guzmán, Jaime Vadell, Luis Alarcón, Fernando Meza, y otros grandes nombres del quehacer actoral y de dirección teatral en nuestro país”.
De acuerdo a Patricia Henríquez, coordinadora del Comité de Apertura de la carrera de Teatro, aseveró que “nosotros nos instalamos con mucho respeto en nuestra propia tradición, en ese legado que nos deja un elenco que desarrolló actividades en la institución durante 30 años y que montó más de 90 piezas teatrales norteamericanas, europeas, chilenas y también penquistas. Entonces hay un instalarse en nuestra propia tradición que es tremendamente relevante para el proceso formativo de nuestros estudiantes”.
Actualizar el legado
Para quienes están a cargo de esta nueva camada, creen que el desafío apunta a adaptar el legado a la situación actual del país.
Según Sebastián Chandía, académico de la carrera teatro, puntualizó que “los tiempos han cambiado, pero por sobre todo, lo más importante es poder seguir con los lineamientos que ese grupo de personas pensaba en el momento de querer generar esta carrera. Porque igual fue un legado fuerte, hartos actores, actrices, dramaturgos, directores estuvieron acá, es un peso fuerte con el que viene este desafío”.
Chandía agregó que “uno siempre apuesta a la calidad artística, pero yo creo que hay que apostar primero a la calidad humana y a poder generar personas conscientes del rigor y la disciplina que requiere esta forma de teatro. Se puede hacer, en todo caso, como seguir los lineamientos, pero todos los tiempos cambian, ¿no? Como lo que ellos pensaron en la época de los setenta es muy distinta a lo que está pasando ahora. Entonces uno tiene que pensar en una traducción de esos principios, tratando de ser fiel, justamente, a los ideales que como comunidad nos ayudan a poder crecer”.
Mientras que su colega, Miriam Álvarez opinó que “ellos sembraron una semilla y de alguna manera si bien en la dictadura de Pinochet en este país se cerró la carrera de teatro, que hoy esta reapertura tiene que ver también con esa disputa, con esa pelea que han dado esos teatreros y esas teatreras acá en la ciudad de Concepción y a su vez también en la comunidad teatral de acá de la ciudad que ha mantenido también el trabajo teatral”.
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