Primer sistema de alerta en aguas residuales en el Biobío permitirá anticipar brotes de enfermedades
Contrario a lo que muchos piensan, en la era de la información no todos los datos relevantes se encuentran en los discos duros, historiales de navegación o en el uso de tarjetas de créditos. Las redes de alcantarillados también pueden ser una extraordinaria fuente de información sanitaria para las comunas, en particular para la detección de virus y enfermedades, antes de que se transformen en un peligro para la población.
Así lo ha demostrado el Centro de Vigilancia de Aguas Residuales Centinela Biobío, proyecto desarrollado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Región del Biobío (FNDR), que, tras un año de trabajo, alcanzó la optimización de su sistema de alerta, con puntos de monitoreo implementados en 30 comunas.
El observatorio comenzó sus funciones en enero de 2021, buscando específicamente la detección de SARS-CoV-2 en muestras de San Pedro de la Paz, generando el semáforo POOP COVID. Luego, a partir de agosto de 2022, el observatorio se extendió a 30 comunas de la región, y la detección de patógenos, a enteropatógenos (los que provocan enfermedades estomacales) como también a otros virus respiratorios.
Desde el Gobierno Regional del Biobío, el Jefe de División de Fomento e Industria, Iván Valenzuela, valoró los avances del proyecto, que cumple con uno de los lineamientos centrales de la recientemente ajustada Estrategia Regional de Desarrollo: mejorar las condiciones para una mejor calidad de vida de las personas.
“Para el Gobierno Regional, como también para las comunas y la autoridad sanitaria, es vital contar con información oportuna, que permita tomar decisiones bien fundadas y más eficientes. Este proyecto nos ayudará a ser pioneros en el monitoreo de aguas residuales en Chile y Latinoamerica, y a estar más y mejor preparados para enfrentar situaciones tan complejas como una pandemia”, precisó.
Mientras que el doctor en Ciencias Biológicas Matías Hepp, director de Centinela Biobío, explicó que el foco del proyecto es contar con un sistema de alerta que permita conocer qué virus están circulando antes de que existan brotes. Ejemplifica con los virus respiratorios anómalos para la fecha que detectaron los investigadores del proyecto durante el verano pasado, que finalmente derivaron en las emergencias respiratorias del otoño.
“Pudimos ver el brote de virus respiratorios con anterioridad, lamentablemente recién estábamos optimizando el estudio, por tanto en aquel momento no pudimos presentarlo como algo consolidado, pero es algo que de ahora en adelante sí estamos capacitados de alertar”, aseguró.
Tomas de muestras
El sistema de alerta en la actualidad testea las aguas residuales de 30 comunas del Biobío, a través de la toma de muestras de plantas de tratamiento o elevadoras una vez a la semana y de alcantarillado en las capitales provinciales 3 veces por semana.
Los informes se entregan mensualmente al Gobierno Regional del Biobío y la Seremi de Salud local, aunque en caso de la aparición de un nuevo virus circulante, se informa de manera inmediata, de forma excepcional.
Centinela Biobío es el observatorio de aguas residuales más grande a nivel nacional y apunta a convertirse en una experiencia piloto para extenderlo en otras regiones, donde ya se trabaja, formando el “Consorcio de Laboratorios Universitarios de Aguas Residuales” y así adoptar un sistema nacional para la toma de decisiones sanitarias, tal como ocurre en países como Inglaterra, Australia, Holanda, España y Estados Unidos, entre otros.
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