Escándalo en el Parlamento Europeo: Investigan sobornos de Qatar a legisladores y asesores
Un tribunal de tres jueces decidirá este miércoles si cuatro sospechosos acusados y detenidos en un escándalo de fraude que ha sacudido al Parlamento Europeo permanecerán detenidos durante la investigación o pueden ser puestos en libertad.
La investigación, durante la cual la policía belga descubrió enormes cantidades de dinero en efectivo al registrar los domicilios y oficinas de legisladores de la Unión Europea (UE), asistentes parlamentarios y activistas de ONG, ha desencadenado uno de los mayores escándalos de corrupción que han afectado a Bruselas.
La fiscalía sospecha que la eurodiputada griega Eva Kaili y otras tres personas aceptaron sobornos de Qatar, anfitrión del Mundial, para influir en la formulación de las políticas de la UE.
El abogado de Kaili, Michalis Dimitrakopoulos, declaró que su cliente era inocente y que las autoridades qataríes también habían negado cualquier delito.
El caso de corrupción que afecta a la Unión Europea
El caso está conmocionando al Parlamento Europeo y podría afectar sus esfuerzos por presentarse como una sólida brújula moral que guía a los Gobiernos europeos y a los de otros continentes en materia de ética y derechos humanos.
Kaili, así como su compañero Francesco Giorgi, que es asistente parlamentario, Niccolo Figa-Talamanca, secretario general de un grupo de campaña a favor del Estado de Derecho, y Pier Antonio Panzeri, exdiputado y fundador de otro grupo de campaña sin ánimo de lucro, están detenidos desde el viernes.
Su liberación estaría condicionada a que no se pusieran en contacto con los otros acusados y a que no salieran de Bélgica.
Vicepresidenta del Parlamento Europeo fue destituida
El martes, el Parlamento Europeo votó a favor de destituir a Kaili, eurodiputada socialista griega de 44 años, de su cargo de vicepresidenta. Los legisladores han pedido a la eurodiputada que abandone la Eurocámara.
Por su parte, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, declaró que la asamblea estaba llevando a cabo investigaciones internas y que reforzaría las normas sobre grupos de presión y garantizaría una mejor supervisión de los contactos entre eurodiputados y Gobiernos extranjeros.
Los fiscales belgas declararon que sospechaban desde hacía más de cuatro meses que un Estado del golfo Pérsico estaba intentando comprar influencia en Bruselas. Aunque los fiscales no nombraron públicamente a ningún Estado, una fuente conocedora del caso dijo que se trataba de Qatar.
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