Rusia abandonó el Consejo de Europa y arriesga una eventual expulsión
Rusia abandonó este martes el Consejo de Europa, el principal organismo de vigilancia de los derechos humanos del continente, adelantándose a una probable expulsión por su ataque a su vecina Ucrania.
Con ello, Rusia se convierte en el segundo país que abandona el organismo europeo, cuya misión es defender los derechos humanos y el Estado de Derecho, desde su creación tras la Segunda Guerra Mundial.
Grecia hizo lo mismo en 1969, también para evitar la expulsión después de que un grupo de oficiales del ejército tomara el poder en un golpe militar. Se reincorporó con la vuelta a la democracia cinco años después.
La retirada de Rusia de la institución —que ideó el Convenio Europeo de Derechos Humanos y ayudó a las naciones de Europa del Este a democratizar sus sistemas políticos tras el colapso del comunismo— tiene un peso simbólico.
No obstante, la decisión, anunciada pocas horas antes de que se vote su expulsión en la asamblea del Consejo de Europa, tiene también consecuencias concretas.
El convenio de derechos humanos dejará de aplicarse a Rusia, y los rusos ya no podrán recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra su Gobierno.
Leonid Slutsky, jefe de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara Baja rusa, dijo que los países de la OTAN y la Unión Europea habían visto en el Consejo "un medio de apoyo ideológico para su expansión militar-política y económica hacia el este".
"Pero no tengan miedo", escribió en su canal de Telegram. "Todos los derechos serán garantizados en nuestro país, necesaria e incondicionalmente".
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En un proyecto de resolución, cuya aprobación está prevista para el martes, la asamblea del Consejo de Europa iba a pedir la salida de Rusia de la institución, diciendo: "En la casa común europea no hay lugar para un agresor".
El proyecto de resolución también afirmaba que el impacto de la retirada de Rusia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos se vería mitigado por el hecho de que Rusia, según decía, no actuara adecuadamente en sus sentencias.
"No hay lugar para un país tan brutal entre nosotros", dijo Maria Mezentseva, jefa de la delegación ucraniana en la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, durante el debate de este martes.