Gobernabilidad sobre cimientos de Barro: La debilidad de Boric
En un contexto de fuerte polarización social es importante evaluar las diferentes alternativas que ofrecen las candidaturas en términos de gobernabilidad, entendida como la capacidad de poder llevar a cabo un gobierno estable, con tranquilidad y en coordinación social. Será sumamente importante la capacidad que tenga la próxima administración de ofrecer este atributo para poder culminar con éxito o fracaso su mandato.
Debido a lo anterior, resulta preocupante analizar la gobernabilidad que podría ofrecer uno de los candidatos principales para obtener la presidencia. Me refiero al candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. Más allá de analizar las diferentes propuestas políticas, vemos cómo sus propuestas están construidas de tal manera que no podrán ser llevadas a cabo, lo que provocará una fuerte amenaza al desarrollo social de nuestro país arriesgando el descontento de la población. Por supuesto, quienes más sufrirían por esta falta de gobernabilidad serían los más necesitados.
A nivel general, el candidato menciona que buscan “impulsar grandes cambios y transitar hacia un estado garante de derechos sociales”. Lo anterior, implica un aumento del gasto público que debe financiarse de algún modo. Para ello, Boric plantea recaudar 8.5% del PIB para solventar su programa de gobierno. Los ingresos del Estado representan un 28% del PIB a nivel nacional, eso quiere decir que Boric buscaría incrementar la recaudación en casi un 30% adicional a costa de los contribuyentes. Un porcentaje significativamente alto.
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Más allá de una ambición legítima de recaudación, pareciera ser que dicho monto es fruto de la ingenuidad. El aumento de la recaudación se explicaría en 3.5% del PIB como disminución en la evasión tributaria, algo que la experiencia internacional demuestra que no es posible alcanzar en dicha magnitud. A su vez, plantean recaudar un 2% adicional del PIB como impuesto al patrimonio (súper ricos), pero sencillamente no cuadran los números. El economista Sebastián Edwards demostró que los cálculos están equivocados en un orden de 10 veces. Las inconsistencias se mantienen en el resto de las propuestas de política fiscal.
La precariedad del programa político no termina ahí. El aspecto más insólito es que el total de los ingresos fiscales asumidos en el programa no logra cubrir la sumatoria de todos los aumentos de gastos prometidos por Boric. En una serie de entrevistas el candidato Boric menciona aumentos a salud, educación, cultura, entre otros, que suman 12.5% a 13% del PIB. Pero su programa –siempre que se cumpla- recaudaría 8.5% del PIB. Es decir, el único camino de financiamiento sería romper la regla de balance estructural fiscal a través de deuda.
Por otro lado, una de las principales demandas que tiene la sociedad chilena refiere a las pensiones. En este ámbito encontramos una nueva contradicción. Boric menciona que luchará por “pensiones dignas”, pero no indica el detalle del sistema propuesto. En entrevistas y columnas de sus asesores se desprende que buscan un sistema de “ahorro colectivo” que en términos prácticos equivale a uno de reparto.
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Adicionalmente, tampoco explica de qué manera rentabilizarán los fondos o de qué manera se resguardarán las cuentas nocionales –cuentas virtuales- individuales. En la propuesta, tampoco se explica si se exigirá un mínimo de años cotizados para recibir pensiones, como ocurre en otros sistemas de ahorro colectivo. Todo esto, agravado por un contexto en el que los chilenos han vaciado gran parte de sus ahorros previsionales.
Asimismo, para poder concretar muchas de estas medidas se requiere un crecimiento económico vigoroso para poder contar con los recursos necesarios y responder a las promesas realizadas. Por ello, resultan desconcertantes las declaraciones emitidas por el coordinador económico de Boric, Nicolás Grau, el día 9 de octubre: “Una parte de nuestro programa en el corto plazo no es pro crecimiento, es evidente”. Uno valora la honestidad, pero cuando está en juego el destino de todos los chilenos resulta absolutamente preocupante.
La candidatura de Gabriel Boric se construye programáticamente sobre propuestas que presentan serias dificultades de poder llevarse a cabo tal como se promete. Existirá un nivel de expectativas que no se podrá cumplir afectando seriamente la gobernabilidad de un hipotético gobierno de la coalición del Partido Comunista y del Frente Amplio.
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