Más allá del retorno
Los colegios de nuestra región iniciaron el nuevo semestre con las puertas abiertas. Poco a poco vemos niñas, niños y adolescentes con uniformes recorriendo nuestras calles. Volvemos a escuchar las risas en los pasillos durante el recreo y las salas de clases van recibiendo cada vez más estudiantes y apoderados, permitiendo el tan anhelado reencuentro presencial de las comunidades escolares. Sin embargo, abrir las puertas trae nuevos desafíos para la educación.
Por eso es clave llevar nuestras conversaciones y reflexiones más allá del retorno: la educación cambió y seguirá cambiando. Hemos avanzado hacia procesos de enseñanza-aprendizaje más participativos, con mayor respeto por nuestras niñas y niños, con más consideración por sus intereses y aceptación por sus identidades, con la convicción de que los y las estudiantes deben ser protagonistas de su aprendizaje.
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Pero a pesar de estos avances, seguimos enseñando y aprendiendo en un contexto de profunda desigualdad. Así lo demostró el 2020 con la educación a distancia y la tremenda brecha de acceso a conectividad dificultades de acceso en cientos de estudiantes a lo largo del país. Por lo mismo, la sala de clases presencial se volvió imprescindible en el proceso de aprendizaje de nuestras niñas, niños y adolescentes, así como también para su desarrollo socioemocional. Reír, jugar, llorar juntos es algo que todos y todas necesitamos para seguir creciendo y eso lo vemos en los pasillos de nuestras escuelas que están reviviendo.
Sin duda esta crisis sanitaria nos ha cambiado la vida. Nuestra rutina se desarrolla en la dualidad de lo virtual y lo presencial. Nos comunicamos diferente, somos capaces de entablar vínculo a través de redes sociales y videollamadas, nuestra forma de recreación se digitalizó y enfrentamos los desafíos de salas virtuales con cámaras apagadas.
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Vivimos en un mundo de permanente cambio y, más allá del retorno, debemos integrar esta dualidad a la educación también, en momentos de clases híbridas. Este escenario trae nuevas oportunidades para nuestras y nuestros estudiantes, quienes han demostrado en tremendo poder de adaptación al cambio.
Espero este nuevo semestre nos mantenga reflexionando sobre la educación que queremos construir después de la crisis sanitaria. ¿Qué mantendremos de lo aprendido estos meses? ¿Cómo seguimos incorporando la tecnología y herramientas digitales en nuestras clases presenciales? ¿Cómo actualizamos nuestro sistema educativo para conectar con nuestras y nuestros estudiantes? Espero que sigamos pensando en la nueva educación más allá del retorno y el desafío actual que éste significa.
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