Educar para diseñar
La reciente crisis social Latinoamericana del 2019, además de la crisis sanitaria del covid-19 desde el 2020 hasta estos días, nos hacen reflexionar sobre nuevas oportunidades de diseño arquitectónico en temas de deficiencia en las cadenas de distribución, desabastecimientos de insumos, calidad de espacios y mejoramiento de la calidad de vida de las ciudades.
Estas variables pueden llegar hacer un potencial al momento de enseñar ya que “el sentido de realidad” que se les puede entregar a los estudiantes permite que se valore positivamente su entorno en un espacio de aprendizaje generando soluciones innovadoras con respuestas a necesidades actuales como al mismo tiempo permite proyectarlas a un futuro incierto. De esta forma se debe enfocar en que las soluciones deben reflejar la identidad local, incorporando materias primas y recursos que estén disponibles en el lugar donde se producen, así se les enseña que se pueden reducir los costos, fomentar el reciclaje y por último vincular a la comunidad de origen.
Pensando en que todas las actividades que realizamos nosotros, como personas, siempre generan un impacto en el medio ambiente, por lo tanto si estas se reducen y se educa en conjunto para que exista un completo cierre de ciclos de materiales generando incluso el reciclaje de ellos, se podría obtener un mayor valor del actual, produciendo una economía circular, objetivo primordial del desarrollo sostenible, por lo cual al mismo tiempo también estaríamos promoviendo una sinergia entre los diferentes sectores económicos y al mismo tiempo estimulando las diferentes cadenas de valor.
Lee también:
La integración de este enfoque en el diseño arquitectónico en la educación superior, puede llegar a contribuir a la formación de arquitectos jóvenes más conscientes en la necesidad de ir generando ciclos de vidas en diseño coherentes con el concepto de economía circular y al mismo tiempo se podría promover una mayor responsabilidad social implementada en acciones favorables en el entorno inmediato.
También se debe enseñar que el usuario, es decir las personas son el centro y se debe diseñar para ellos y por ellos, permitiendo potenciar la calidad de quienes habitan, mejorando la percepción potenciando el entorno. Para ello existe una metodología del aprendizaje basado en el diseño en el cual la forma de enseñar es más reflexiva y se basa en el pensamiento propio del diseño e incorpora diferentes disciplinas y habilidades como la comunicación y la colaboración motivando el trabajo en grupo e interdisciplinario.
Esto nos lleva a pensar que actualmente estamos viviendo un momento crucial el cual podemos ver la oportunidad de observar diferentes posibilidades todavía no exploradas para a expandir los rangos de nuestra disciplina basándonos en innovaciones de autonomía de los territorios, nuevos enfoques de ecosistemas urbanos y/o rurales, economía circular y por último en la autoproducción. Temáticas que siempre pueden ser abordadas al momento de abordar un proyecto de diseño en nuestros futuros arquitectos.
Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.sabes.cl El Diario Digital del Gran Concepción.
Para esta y otras informaciones, únete gratis a nuestro canal de Telegram haciendo click aquí.