Las Pymes como motor de desarrollo social
Las Pymes son las responsables de la creación de la mayoría de las fuentes de empleo de nuestro país, aportando con aproximadamente un 70% del mercado laboral (INE). Sin embargo, representan solo un escuálido 13.1% de las ventas de nuestro país, de acuerdo a cifras del Ministerio de Economía. De hecho, los salarios promedios son un 23,2% más bajos en las pequeñas empresas que en las grandes empresas (INE). ¿Qué conclusiones podemos obtener de estos datos? Veamos.
En primer lugar, existe una brecha importante en todo aspecto entre las Pymes y las grandes empresas de nuestro país. Las cifras anteriores se explican por la productividad, por el uso de tecnologías, por el acceso a financiamiento más barato, por la atracción de talento, entre otros factores. Por tanto, es claro que si queremos mejorar las condiciones de las Pymes se debe realizar un esfuerzo multidimensional.
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Por otro lado, esta brecha también significa una oportunidad única de mejora. Existe un potencial enorme para elevar las condiciones laborales de la mayoría de nuestro país si somos capaces de ofrecer un modelo de desarrollo que premie a las Pymes. La realidad empírica demuestra que mejoras en las empresas, se traducen en mejoras para su entorno laboral. No podemos olvidar que las Pymes acogen al 70% de la fuerza laboral.
Lo anterior, implica hacer todos los esfuerzos y diseñar políticas públicas para que las Pymes aumenten su ponderación e influencia en la economía nacional. Profundizar las mejoras e incentivos dirigidos al fomento de las pequeñas y medianas empresas, como el modelo de desarrollo italiano, donde las Pymes juegan un rol fundamental, siempre será una excelente política pública. De hecho, dinamizar el segmento de las pequeñas y medianas empresas va en perfecta concordancia con la agenda de desarrollo sostenible 2030 de la ONU: permite reducir desigualdades, mejorar condiciones laborales y combatir la pobreza. Sin lugar a dudas, estamos frente a un win-win.
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Una fórmula perfecta para potenciar y resolver este tipo de situaciones no existe. No obstante, al analizar la evidencia internacional hay algunos elementos que tienden a ser común en los casos exitosos. Dentro de ellos, destacan la vinculación estrecha entre el sector privado, el sector público y la academia, la descentralización y también los incentivos tributarios. Todos aspectos con espacios de mejora en nuestro país.
Finalmente, se podrá criticar que estos temas se analizan bajo una mirada muy “tecnócrata”; sin embargo, lo que hemos mencionado tiene un profundo impacto social. Detrás de cada Pyme, hay familias que gracias al trabajo pueden llevar el pan a sus familias, educar a sus hijos o pagar medicinas. Es por ello que debemos realizar un esfuerzo enorme para elevar el estándar de nuestras pequeñas y medianas empresas. Por el bien de Chile, nivelemos la cancha hacia arriba. Cuidemos nuestras Pymes.
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