Mascarilla y plebiscito
Diversos estudios actuales han demostrado que el uso de la mascarilla influye en el volumen con el que nuestra voz es producida. Esto tiene una influencia directa tanto para quien habla, debido a que debe esforzarse más para producir una voz más intensa, así como para quien escucha, a causa de que debe prestar más atención a lo dicho para lograr entender el mensaje. Además, el oyente tiene menos información de la usual: no logra ver los labios de quien habla, por lo que todo el mensaje debe ser por vía auditiva.
Además, como no es posible observar si quien habla está sonriendo, muchas veces quien escucha puede desorientarse con el mensaje recibido, por ejemplo, sin lograr comprender cuando algo es una broma o no.
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Evidentemente, el dejar de usar las mascarillas en medio de esta pandemia no es una opción viable, segura ni responsable. Sin embargo, estas dificultades comunicativas deben ponernos en alerta, sobretodo con una población en especial: los adultos mayores.
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¿Por qué? Precisamente porque debido al proceso de envejecimiento presentan dificultades para elevar la voz tal como lo hace un adulto, sus recursos cognitivos no son tan robustos para lograr una atención óptima al mensaje y su sistema auditivo y visual muchas veces se encuentra deteriorado por la presbiacusia y la presbiscia, correspondientemente. Contrariamente a lo sostenido por el estereotipo, muchos de nuestros adultos mayores son personas que poseen una vida social y familiar activa. Si bien, la autoridad ha decidido que la medida más sensata es que la mayoría de adultos mayores se encuentren en cuarentena al interior de sus hogares, muchas veces deberán estar en contacto con otras personas que portan mascarillas, por ejemplo, en el plebiscito que se llevará a cabo en nuestro país el 25 de octubre.
Es necesario que tengamos en cuenta que, enfrentados a la necesidad de comunicarnos con un adulto mayor (por ejemplo, quienes desempeñen el rol de vocales de mesa) se requerirá un poco más de esfuerzo, elevando el volumen de nuestra voz a un nivel que puede resultar poco frecuente. Debido al riesgo, no es recomendable quitarse la mascarilla para lograr una mejor comunicación. Asimismo, se recomienda apoyarse del lenguaje no verbal, indicar con las manos, valerse de gestos: como elevar el pulgar o guiñar un ojo para favorecer el intercambio comunicativo. Por otro lado, es necesario hablar a una velocidad más lenta con el fin de favorecer la comprensión. Acercarse un poco y brevemente a nuestro interlocutor será mejor que pedirle que se quite la mascarilla para hablar.
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