Agroindustria, sostenibilidad y crecimiento
La actividad agrícola nacional se encuentra actualmente en un proceso de transformación y culturización de sus procesos, factores como el cambio climático, la apertura de nuevos mercados, las acciones para el cumplimiento de los indicadores de desarrollo sostenible (https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/) y el aumento de la población mundial, se espera alcance los 9 mil 700 millones de personas para el 2050 y, por consecuencia, el aumento del 50% de la demanda de alimentos en el mundo, de acuerdo a lo planteado por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) del Ministerio de Agricultura en Julio 2019, nos llevan reflexionar sobre la importancia de una agricultura que se comprometa con un legado de bienestar en el tiempo para nuestras futuras generaciones.
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Estos y otros factores como la especialización del capital humano, la oportunidad de utilizar automatización y robótica y el poco conocimiento de la red de valor del sistema agrícola, hacen necesario mejorar el desempeño del sector agroindustrial alimentario para fortalecer el desarrollo económico y el bienestar de las personas.
En la actualidad, el sector frutícola en Latinoamérica, y en especial en Chile, ha tomado un rol fundamental como centro de la producción de alimentos. En Chile la superficie usada para este cometido es de aproximadamente 320 mil hectáreas, desprendiéndose alrededor de 73 mil empleos permanentes y 383 mil por temporada, además de contribuir en 39,2% al PIB del sector y en 34% a las exportaciones en este mercado.
La apuesta por la producción de berries es parte del desafío de diferentes regiones del país, pero en especial de la región del Biobío. Uno de los retos es la búsqueda de la eficiencia en los procesos productivos en plantación y cosecha. Un segundo y gran desafío es la necesidad de innovar en los procesos de la cadena de valor y suministros para preservar cada vez más la integridad de la fruta, con el objetivo de que esta llegue fresca y firme a los mercados de destino.
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Como botón de muestra, el cultivo del cerezo en la zona sur del país se encuentra en una fase de expansión productiva, basada en variedades de maduración semi tardías y tardías como lapins, Kordia, regina, sweet heart, muy apetecidas por otros continentes, como el asiático y europeo, y otras variedades nuevas en evaluación a nivel de empresas privadas y entes públicos como el Instituto de Investigación Agropecuarias INIA. (https://www.agroceler.cl/).
En definitiva, es necesario conocer las potencialidades y beneficios del desarrollo agrícola y experimentar con distintos frutos que transformen a la región del Biobío en potencia agroalimentaria. Es por ello la necesidad de innovar en el desarrollo de automatización y robótica por medio de agricultura de precisión, fortalecer el capital humano y comprender a las personas y agricultores y la red de valor de los procesos productivos. Concluyentemente, es necesario buscar y motivar el desarrollo del potencial productivo de la región del Biobío, impulsando la diversificación de la matriz productiva y aumentando las potencialidades tecnológicas de la misma.
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