Los efectos del confinamiento en hijos e hijas
La mayoría de los análisis en pandemia incluyen los efectos del teletrabajo, pero muchos obvian cómo los niños y jóvenes resisten esta situación anormal. El cambio brusco de salir a jugar con libertad, a una vida de confinamiento, preocupa a profesionales del área.
Desde el Gobierno han surgido iniciativas como programas de radio a través de la Junji, espacios educativos científicos, y hasta se ha propiciado una campaña de fomento lector a través de las plataformas de la Biblioteca Nacional.
¿Pero es eso suficiente para mantener a las niñas y niños ocupados en tiempos de pandemia y encierro?
Es evidente que no. Los padres o tutores se han enfrentado a un escenario totalmente nuevo y en muchos casos, adverso.
¿Cómo sobrellevar el confinamiento en casa?
La psicóloga Infanto-Juvenil, Luisa Casas-Cordero, lo explica de la siguiente manera.
“No podemos olvidar que, en una analogía simple, los niños son pasajeros y los adultos somos los conductores del auto, por lo que es fundamental que tengamos presente la importancia de nuestras reacciones y cómo podemos influenciar la tranquilidad mental de los niños”, explicó.
En este sentido, recordó algunas recomendaciones a tener presente con los pequeños.
“Debemos cuidar de sus emociones, preguntarles cómo se sienten y transmitir seguridad; crear un horario que incluya algunas rutinas, que le dé orden al día para que no quede la sensación de que se improvisa. En este caso es importante que existan tiempos para jugar, para ejercitarse y para comer”, subrayó la profesional.
“A todo lo anterior, hay que agregar que los adultos somos modelo a seguir, por lo que hay que cuidar conductas propias y procurar estar muy atentos a lo que los niños escuchan, leen o ven sobre la pandemia. Circula mucha información”, recalcó.
Visitar o no visitar a los abuelos
Mientras existen profesionales que aseguran que no hay mayores riesgos de contagios a los abuelos si los niños y adultos los visitan con todas las medidas de seguridad, a juicio de Casas-Cordero aún es muy pronto para descartar los potenciales riesgos. Consultada al respecto, la psicóloga prefirió insistir en las llamadas remotas, por teléfono o videollamadas para mantener el contacto, aunque sí, insistió en que debe hacerse de forma regular porque es necesario el contacto.
La comunicación constante, mantener hábitos de sueño, hacer ejercicios, crear rutinas saludables, son actividades básicas para sobrellevar este tiempo de encierro.
Para los adolescentes es aún más difícil, explicó. “Si observamos lo que ha ocurrido desde el inicio de esta pandemia, podemos dar cuenta de los intentos de jóvenes por quebrantar reglas y los límites, por ejemplo, a través de fiestas clandestinas. Este es un modo de negar lo que ocurre, lo que en términos psicológicos entendemos como “negación maniaca””.
“Los cuadros de angustia, ansiedad y de salud mental en general, se agravan con la incertidumbre a la que estamos todos expuestos”, puntualizó.
“Se pueden incrementar patologías de trastornos adaptativos, lo que se reflejaría en sintomalotogía ansiosa, depresiva, mixta o conductual, sobre todo en los niños”.
Somos “adultocéntricos”
“Somos muy adultocéntricos. La opinión de los jóvenes es super importante porque ellos tienen una percepción de la situación social y sanitaria que en muchos casos tiene diferencias con lo que entendemos los adultos. Si no les preguntamos, no lo sabremos y así se crea un clima de estrés familiar”, aclaró.
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Y se suma que actualmente los niños siguen sin clases. “Aprender desde la casa es un desafío enorme para los padres porque algunos niños se desmotivan más al no ver a sus compañeros, otros no aprenden a los mismos ritmos que sus pares. Si lo miramos como una oportunidad, el confinamiento podría permitir conocer de otras experiencias. Por ejemplo, cocinar enseña matemáticas”.
Además, no es necesario entregar detalles de los síntomas del Covid-19, sobre todo en los más pequeños. “Sólo aumentaríamos los temores, y peor aún, no tenemos las respuestas a mano, porque recién se están haciendo estudios para combatir la pandemia”, apuntó.
Finalmente, la psicóloga Infanto-Juvenil insistió en que el confinamiento y la falta de contacto físico, hace que los niños se vean “ensimismados”. “Es fundamental entonces, el acompañamiento de los papás para afrontar juntos las carencias afectivas”, subrayó Luisa Casas-Cordero.