El cuidado de la voz y teletrabajo
Una parte importante de los trabajadores ha adoptado la modalidad del teletrabajo como medida de protección en el contexto sanitario actual.
Ello implica asistir a reuniones, dirigirlas, hacer clases, entregar reportes verbales, etc.
En fin, ha pasado de un uso típico de la voz a convertirse en una persona de alta demanda vocal y por tanto en alguien con mayor riesgo de generar alteraciones de la voz, lo que, sumado a hábitos vocales inadecuados y otros factores de riesgo pueden causar fatiga e incluso patología vocal.
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Uno puede por primera vez sentir en medio de una videoconferencia o al final de la jornada una extraña sensación de fatiga de la voz, la cual se caracteriza por sensación de cansancio de la voz posterior al uso prolongado de esta durante la jornada.
Este síntoma es una alarma a la que es necesario prestar atención y que se puede acompañar de otros síntomas como: sensación de cuerpo extraño en la garganta (sensación de que ‘algo está pegado en la garganta’) y necesidad de aclararla (carraspeando), tensión de los músculos del cuello a la altura del cuello, bajo volumen de la voz, ronquera, etc.
Como Fonoaudiólogos/as siempre recomendamos en primera instancia prevenir la aparición de las alteraciones de la voz, focalizándonos en evitar los hábitos nocivos y adoptar conductas saludables.
Algunas de las cosas a evitar son: tabaquismo, condimentación excesiva en comidas, cambios de temperatura, permanecer en ambientes donde hay poca ventilación o se ha acumulado polvo, ingesta de alimentos muy fríos o muy calientes, ingesta de sustancias secantes de la mucosa (por ejemplo el café, té), estrés y falta de sueño, toser y carraspear con demasiada frecuencia.
Algunas conductas favorables para proteger la voz son: hidratarse con agua a temperatura media (al menos dos litros) constantemente durante el día y también al finalizar la jornada para ayudar a rehidratar las cuerdas vocales, realizar ejercicio físico.
Durante las conferencias acercarse al computador para que la intensidad necesaria de la voz esté a cargo principalmente del micrófono y no del hablante (utilizar un micrófono externo si es necesario), tener preparado un apoyo audiovisual para que tenga que hablar menos, ceder la palabra con frecuencia y sostener diálogos más participativos, contar con un puesto de trabajo lo más ergonómico posible, mantener una buena postura con la columna recta y la pantalla del computador a la altura de los ojos.
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En caso que los síntomas/molestias vocales persistan por más de un par de días preste atención y no deje pasar más de una semana para consultar con un médico otorrinolaringólogo que evaluará su sistema fonatorio desde la perspectiva orgánica y posteriormente lo derivará con un profesional fonoaudiólogo especialista en voz para rehabilitarse, entregarle herramientas de autocuidado y de entrenamiento que fortalezcan la resistencia del sistema para rendir ante la alta demanda de la voz sin generar alteraciones.
Puede ser difícil ser conscientes del daño en las cuerdas vocales y el estrés que generamos al sistema fonatorio, ya que no es algo visualmente perceptible. Que ello no nos impida cuidarnos y pasar por alto las alertas que tenemos, ya que es muy sencillo cuidarse, mientras que no hacerlo nos puede causar distintos grados de disconfort, incluso dificultando nuestra comunicación, esencial para la sociabilización y el trabajo.
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