Empoderadas es una plataforma de comunicación que busca visibilizar liderazgos femeninos y espacios de equidad de género. En esta ruta, hemos contado con grandes aliados. Sabes.cl ha jugado un rol fundamental en apoyar la iniciativa de integrar a mujeres que desde su experiencia y visión nos muestran el Chile que queremos y necesitamos.

En esta columna, compartimos la visión de Claudia Hernández, psicóloga chillaneja y Máster (a) Psicología Deportiva.

Ser mujer ya es sinónimo en nuestro paísde inequidad…. Ni hablar si tienes  másde 40… “es mucho pior” diría mi abuela. Las mujeres llevamos luchando cientosde años por conseguir equidad y cuando algunas hablamos de la falta deoportunidades ó porqué a mí me pagan menos por ser mujer, no falta la amiga oconocida que señala : “¡ Ay! Eso a mí no me pasa, yo tengo un marido súperbueno”….

A decir verdad, respuestas como esas meenojan un poco. Sin embargo, con el paso del tiempo y estudiando un poquito, helogrado entender y aceptar que para muchas mantener posiciones como esas es cómodo, porque rebelarse significa ircontra todo lo que han construido como personas, familia y , en especial, contrasus propios valores.

Tener la honradez y fuerza para preguntarse ¿Eres libre? …. Y luego de ello rebelarse, requiere valentía y mucha, ya que en ocasiones es precisamente darte cuenta que has vivido una vida equivocada, errada, con escaso sentido y replantearse de una vez y para siempre que “ desestructurar” todo eso se transforma en una amenza.  

¿Por qué las mujeres con más de 40 nos asusta liberarnos?

Creo que la responsable de todo es “la culpa”, esa vieja amiga que nos acompaña desde nuestra más tierna crianza. Desde niñas nos incentivaron a ser “adecuadas”, “ajustarnos a las expectativas de nuestro entorno” y de manera importante promovieron que nos convirtiéramos en “chicas buenas” o “niñas educadas”.

Muchas tuvimos miedo de no encajar, de ser incapaces de dar el ancho que nuestros padres esperaban y decidimos, por supervivencia, ajustarnos, acomodarnos y ceder, claudicando sueños, aspiraciones y anhelos que a la luz de las nuevas responsabilidades parecían poco importantes.

Así he escuchado a muchaspacientes decir en mi consulta “nacieron mis hijos y mi carrera dejo de ser lomás importante” o “conocí a mi esposo y debí dejarlo todo” y luego se viene lapregunta….   ¿Y hoy con lo que has vividoy la madurez que has alcanzado, harías lo mismo?

Es cierto que el tiempo novuelve atrás, tampoco sabemos si lo que dejamos de hacer habría dado los frutosque alguna vez soñamos…. Pero en qué momento, normalizaste dejar de soñar, enqué momento se volvió obligación que nosotras debíamos cederlo todo por amor,hasta dejar nuestra identidad

Quizás hoy ya muchas creemosque no tenemos la fuerza y energía suficiente para ir tras nuestros sueños,pero desde nuestras vivencias y madurez podemos alentar a las más jóvenes avivir como soñaron, podemos hacer ver a nuestras hijas e hijos que la crianza esuna labor que si se comparte.

El desafío es que nuestros hijos e hijas se llenen de amor y experiencias maravillosas y significativas de mamá y papá, podemos enseñar que “…y vivieron felices para siempre” no es verdad, el amor se construye, es dinámico, cambia con la edad, podemos desinstalar ideas tales como “…la que no se casó mientras estaba en la U, no va a encontrar a un buen marido”, porque no es obligación tener un buen marido, sino un compañero de viaje, que quiera crecer junto a uno en esta excursión maravillosa llamada vida, la que lamentablemente en algún momento se acaba, pero como no sabemos cuándo puede ocurrir, sólo nos queda aprovechar y disfrutar EL AQUÍ Y EL AHORA.

No te postergues más, eltiempo no vuelve atrás, es ahora o nunca.

Un Abrazo mujeres empoderadas.