Escenarios del Apruebo
Dada la cercanía del plebiscito constitucional de abril, analizaremos en esta oportunidad los escenarios en los cuales debe moverse la opción apruebo y en una próxima columna abordaremos el de la opción rechazo. La última, no finalizaría su tarea de triunfar en el plebiscito, sino que ahí se iniciaría el verdadero desafío en cuanto a demostrar que puede abordar las soluciones a los requerimientos ciudadanos en el marco del actual ordenamiento constitucional.
En el proceso de elaboración de una nueva constitución, de triunfar el apruebo, existe tal cantidad de requisitos y prohibiciones en los contenidos de la reforma constitucional de diciembre de 2019 que son más que suficiente para que la hoja realmente no sea tan en blanco.
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Por ejemplo, rige el actual texto mientras no se apruebe nueva constitución, el requisito de 2/3 para aprobar los contenidos del nuevo texto es la restricción más fuerte y el mismo quórum se utilizará para aprobar las normas de su funcionamiento y el reglamento de votación.
La Convención no podrá alterar quórum ni procedimientos para su funcionamiento y la adopción de acuerdos, ni podrá ejercer otra función o atribución de otros organismos o autoridades.
Igualmente, no podrá arrogarse el ejercicio de la soberanía ni poner término anticipado al mandato de las autoridades electas por votación popular. En fin, se podrá reclamar ante la Corte Suprema si se vulneran las normas de procedimiento establecidas.
En cuanto al marco de contenidos, los convencionales deberán respetar en el texto de la nueva constitución el carácter de República del Estado chileno, el régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas y los tratados internacionales ratificados por nuestro país y que se encuentren vigentes.
Con ese contexto, los diversos sectores partidarios de una nueva constitución deberán dar a conocer claramente sus propuestas respecto de los posibles contenidos de la misma, y en esa tarea deberán lograr el consenso mínimo en los que existe acuerdo y transparentar las diferencias.
Las fuerzas políticas han avanzado en la definición de sus prioridades al igual que la llamada Mesa de Unidad Social y la tarea de consensuar un mínimo común parece un desafío que ya está entre las prioridades.
Ahora bien, una vez más es necesario dejar en claro que no es suficiente con tener una constitución brillante si no desarrollamos un estado eficiente, un proceso de descentralización efectivo, si no implementamos un mercado verdaderamente competitivo, no tenemos eficientes leyes y reglamentos, no alcanzamos verdaderamente igualdad ante la ley, no consolidamos una justicia eficiente, no equilibramos los derechos con los deberes, no logramos una civilizada convivencia democrática.
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Finalmente, si triunfa el apruebo, con el requisito de lograr acuerdos por mayoría de 2/3 se podría construir un gran pacto de mayoría que viabilice un nuevo soporte de legitimidad al ordenamiento económico, político y social. Así se podría avanzar en el último desafío que deberá enfrentar el apruebo con el plebiscito de salida, es decir, el pronunciamiento de la ciudadanía respecto del texto constitucional elaborado por la Convención.
De triunfar nuevamente el apruebo (al nuevo texto constitucional), ese sustento debiera manifestarse en un respaldo suficiente a quienes debieran conducir el país desde 2022 y consolidar el desafío de fondo en cuanto cumplimiento de los requerimientos básicos que la ciudadanía está realizando.
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