El edificio Alto Río en el suelo es una las postales más crudas del terremoto del 27 de febrero de 2010 en Concepción. De allí surgen historias de supervivencia, también de muertes esa fatídica noche y ahora de endeudados.
Los dueños de los departamentos de ese edificio, iniciaronun largo camino a través de la justicia tanto en sede penal, donde hubocondenados; como en sede civil, para obtener indemnizaciones.
En esa lucha, obtuvieron la propiedad del terreno donde estaba el edificio y también el sitio eriazo aledaño, espacio que hoy genera una millonaria deuda a quienes aparecen como dueños.
Mónica Molina, presidenta de la Fundación Alto Río, explicóque “estamos viviendo una situación bien paradojal, porque hace un año atráslos condenados nos informaron que por fin liberaban el sitio eriazo, para darcumplimiento en parte al pago de indemnizaciones, el sitio eriazo que colindacon el sitio donde estaba el edificio Alto Río”.
“Lo entregan ad portas de la posibilidad de un remate porparte de la Tesorería General de la República porque tiene deudas por conceptode contribuciones, tuvimos que recibir ese sitio, asumir la deuda, para evitarel remate, porque ese lote es parte del pago de indemnizaciones, pero ademásnos apropiamos de una deuda que no nos corresponde, porque es de los condenados”,aseguró.
Molina reveló que “estamos hablando de poco más de 108millones de pesos, porque las contribuciones de sitios eriazos son más altasque las habitacionales”.
En cuanto a acciones para evitar ese cobro, “mandamos una carta al comité de deudores de la Tesorería General de la República en Santiago, para que evalúen nuestra situación, así como también han reevaluado casos de empresas privadas y otros sectores que también les han perdonado algunos pagos o morosidades, y esperamos que nos eximan de una deuda que no es nuestra”.
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