Los cambios en los tiempos de cólera
Se nos vienen tiempos de cambios y ante lo anterior surgen preguntas tales como ¿qué tan preparados estamos para vivirlos, sentirlos y validarlos? o ¿son cambios reales o simples maquillajes? Lo anterior tienen respuestas que dividen, pero en el fondo son preguntas que incomoda a algunos y llena de esperanzas a otros.
En nuestro día a día profanamente cotidiano, vivimos tiempos donde todo es para ayer y el futuro es ahora, tiempos donde lo que importa son las sensaciones que te genera la interacción con un otro, tiempos donde las palabras como depresión y angustia son sinónimos comunes para muchas patologías. Lo farmacológico, lo que genera beneficios y respuestas inmediata, gobierna nuestras decisiones y aventuras sin a veces darnos cuenta de ello.
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Desde la historiografía francesa del s.XX., Fernand Braudel nos enseñó a ver la historia como una gran torta con tres capas: el tiempo presente, asociados a hechos coyunturales; los de mediana y larga duración, que son los tiempos que problematizan una realidad con más factores que entran en conflicto.
En ese contexto, los tiempos actuales son de cambio, pero dos preguntas surgen ¿qué tipo de cambio? Y ¿hasta qué punto este cambio?
Se nos ha dicho, desde algunos sectores, que el cambio es sinónimo de descalabro psicosocial, que terminará con una estructura generada por acomodos de años, generando incertidumbres ontológicas. A veces la incertidumbre es pariente del miedo y éste es una herramienta de poder letal.
Un escritor en su tiempo nos dijo que lo único que no cambia es el cambio, claramente como acción, el cambio es inmanente el tiempo, pero se debe considerar dentro de esta ecuación pseudo cósmica, que no cualquier pretensión vacía es cambio. O sino recordar la frase del gatopardismo, cambiar todo para que todo siga igual, el reformismo como maquillaje del status quo tradicional.
No es cambiar A por B, no es cambio a cualquier precio, son diálogos que merecen ser maduros para que sean transformadores y vinculantes, desde la mediana a la larga duración.
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Los cambios podemos entenderlos como una continuidad de elementos de análisis de las sociedades que se adaptan a nuevos esquemas y estructuras que las comunidades requieren, sean estos escritos, de consensos o implícitos, son adaptaciones que demoran el tiempo para que sean sustentables por la misma comunidad y sostenible en el tiempo, entendiendo todo como algo que no es sólo de apretar una tecla, generar una sola emoción o un buen slogan con un jingle pegajoso.
Somos una sociedad donde la dipirona se vende en la feria y el clonazepam nos ayuda a dormir. No caigamos en lo inmediato, en el diálogo de promesas etéreas, menos en soluciones farmacológica para nuestro futuro y las venideras. Pensemos en la larga y mediana duración como nos dijo Braudel.
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