God Save the REC
- Con la reciente confirmación de que la nueva versión del exitoso “Rock en Conce” continuará realizándose en su ya tradicional espacio del parque bicentenario, me parece pertinente celebrar el legado que este evento está empezando a construir, y el fuerte impacto que este festival ha generado en nuestra región.
Como buen rockero, uno no puede dejar de disfrutar la mística y la sinergia que se genera en nuestra ciudad el fin de semana cuando se lleva a cabo este evento. Ya que, con 5 versiones en su historia, REC ha logrado despertar una identidad dormida de nuestra ciudad; la cuna del Rock chileno.
Este evento se ha convertido en una verdadera punta de lanza de un proceso de construcción identitaria interesante que ha sufrido Concepción en lo últimos años, ciudad que a fines de la década de los noventa se estaba convirtiendo en una ciudad de servicio, sin mayor atractivo para que las personas sintieran una atracción para venir a nuestra provincia.
La construcción de identidad hacia una ciudad universitaria y de ciudad “rockera” ha empezado a darle colores bastante atractivos a Concepción, colores que hasta hace un tiempo no tenía. En esa lógica, hoy REC y otros eventos culturales y/o universitarios han comenzado a tributar a toda nuestra región, y han ido dándole forma a elementos que generan sentimientos de pertenencia a esta zona.
Hoy Concepcion es entretenida, la gente decide venir a estudiar, a vivir o a disfrutar de una pequeña estadía en nuestra ciudad. Esto se debe a un florecer de las culturas y artes en la región, lo que nos lleva a pensar en el gran impacto que han logrado generar las políticas culturales y las inversiones públicas a acciones no tradicionales como el REC.
En una época que nos exige enfrentar de manera creativa y distintas las injusticias e inequidades sociales, es fácil pensar en generar inversiones tradicionales en programas sociales y políticas publicas asistencialistas en desmedro de eventos como el REC (festival gratuito más importante de Chile)
Sin embargo, este festival, si ha probado ser una inversión efectiva, que no solo impacta en el turismo y en el comercio, sino en la construcción identitaria de la ciudad, de esta manera, logrando chorrear a diversas políticas y programas culturales que hoy se presentan como una inesperada arma para combatir la desigualdad o la delincuencia.
Bajo esa lógica, existen jóvenes no solo de nuestra región, sino también del país, que hoy sueñan con tocar en REC. Ciertamente este evento un lujo de primer nivel, del cual nosotros no solo deberíamos sentir orgullos, sino también sacarle todo el beneficio posible a este festival, y aprender de las externalidades positivas que este tipo de actividades pueden generar en nuestra Comunidad. La música y las artes pueden contribuir fuertemente en hacer un país mejor.
Existen en el mundo ciudades que gracias a su construcción identitaria cultural, universitaria y/o artística han logrado dar saltos cualitativos y cuantitativos a su calidad de vida.
Rock en Conce ha logrado aportar bastante a una construcción de mística y de sentido de pertenencia a una zona que se estaba posicionando solamente como una proveedora de servicio, pero que gracias a eventos como REC ha logrado recobrar el ADN cultural que tenemos desde la época de la colonia, y que pareció estar dormido por mucho tiempo.
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