Hacia la Cumbre de las Regiones
Este 2020 se cumplirán 36 años desde que allá por al año 1984 don Claudio Lapostól Maruéjouls fundara la Corporación Privada de Desarrollo de la Región del Biobío, Corbiobío, con el objetivo de potenciar el desarrollo de la Región del Biobío y a su vez promover activamente la descentralización del país.
Desde aquellos años ha sido un largo camino de esfuerzo por impulsar el desarrollo social y económico, no sólo de nuestra región, sino que también de una laboriosa y permanente tarea de fomentar una regionalización y descentralización eficientes para Chile, con miras a alcanzar un desarrollo territorialmente más armónico y equilibrado.
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En un país con marcados desequilibrios territoriales y una evidente concentración de beneficios en las zonas centro y metropolitanas y a su vez, un país con una larga tradición centralista, que tiende a cruzar transversalmente en distintas magnitudes, las más diferentes esferas, tanto públicas como privadas, sociales y culturales, por cierto que la promoción de la descentralización se transforma en una tarea fundamental para avanzar hacia un desarrollo integral de Chile, reconociendo, fortaleciendo y potenciando su rica diversidad territorial.
En este camino, varios hitos han marcado el devenir del esfuerzo por descentralizar Chile, en el cual por cierto que se registran avances, en muchas oportunidades de manera más lenta que lo deseado y no sin dificultades, pero que en el fondo han exigido de un amplio, transversal y mancomunado esfuerzo de construir conciencia y consensos en torno a la importancia por procurar medidas que propicien el desarrollo armónico de Chile y que los beneficios del mismo lleguen a todos los rincones del país.
Es en esta dirección donde la Cumbre de las Regiones, que este 2020 celebrará su segunda versión en nuestra región y que ya sitúa a Corbiobío en plena etapa de promoción y organización, emerge con el convencimiento que la constitución de espacios de diálogo multisectorial, interdisciplinario y participativo, convocante de diversos actores territoriales, se vuelve hoy especialmente importante frente al desafío de hacer de Chile un país desarrollado y descentralizado.
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Ello, pues es en estos espacios de reflexión inclusiva donde es posible ir construyendo los consensos necesarios que hacen posible el fortalecimiento de las sociedades regionales, en función de la generación de una ciudadanía activa, que se transforma en actor clave, que no tan sólo se informa y opina, sino que también participa y se involucra en la construcción del desarrollo de sus territorios.
En este sentido, evaluar y analizar el grado de avance que se ha registrado en lo que a descentralización se refiere en estos 9 años, desde aquellos días de agosto de 2011 cuando se celebró la primera Cumbre de las Regiones, constituye una reflexión oportuna que la ciudadanía regional ha de hacer en los meses venideros y avanzar hacia la Cumbre de este agosto 2020 identificando los desafíos y demandas de nuevas propuestas de políticas de Estado que, con visión de largo plazo, promuevan una autonomía creciente de las regiones de Chile y fortalezcan la identidad y calidad de vida de manera territorialmente más equilibrada en nuestro país.
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