Juegos que nos predeterminan

Dime con qué jugabas y te diré qué habilidades tienes – tazas para ellas, autos para él. A menudo las personas comentan acerca de la poca destreza que pudieran tener las mujeres para estacionar un vehículo y eso enseguida me hace pensar si a la persona a la cual aluden habrá tenido dentro de su repertorio de juguetes autos a control remoto u otros que permitieran el desarrollo de este tipo de destrezas tempranamente.

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A mí modo de ver las mujeres no somos más ni menos talentosas que un varón al volante, sin embargo, hace años atrás se nos privaba de jugar con aquello que se consideraba propio de ellos o más bien nos rodeaban de juegos y juguetes que se vinculaban con el rol femenino en este tiempo. Entonces, ¿cómo esperar un desarrollo equivalente de las habilidades de conducción si no hemos tenido la oportunidad de practicarlas tempranamente?, ¿cómo esperar que un niño al convertirse en adulto sea consciente de la importancia de su participación en las labores domésticas o de la crianza si no tuvo juguetes/juegos que propiciaran ese aprendizaje?

Es necesario eliminar las barreras socioculturales que limitan el desarrollo de las personas. Demos a nuestras niñas la posibilidad de soñar con ser astronauta, presidenta, científica, etc., además de madre, dueña de casa o enfermera. Creer que nuestras niñas y niños pueden desarrollarse en lo que quieran es fundamental para desarrollar su potencial y favorecer su desarrollo integral.

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El juego es para causar gozo y también sirve para aprender distintas cosas, como por ejemplo saber cuándo es tu turno o a poner en práctica alguna habilidad, lo que genera los cimientos sobre los cuales finalmente se consolidan los aprendizajes y el desarrollo de una persona.

Para que nuestros niños y niñas prosperen necesitamos todos repensar desde el rol que nos compete (padres, abuelos, educadores, cuidadores, etc.) cómo podemos aportar a una cultura libre de barreras que permita alcanzar los sueños de cada niña y de cada niño.

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