Fotografía: Catedral de Concepción / Créditos: Agencia Gradual
Padre de víctima de presunta violación rechaza versión de la iglesia
Por Marcelo Ramírez
| 20 Julio 2018 15:26
Confiando en la investigación realizada por nuestro equipo periodístico, el padre de la presunta víctima de violación por parte de un sacerdote de la Iglesia en Concepción, decidió publicar a través de este medio, una segunda carta en la que refuta las declaraciones entregadas por el Arzobispado penquista. Este es el texto completo de la nueva misiva escrita por el padre del joven:
Carta al Director: Junto con saludarte, necesito aclarar una versión de prensa de un medio que apareció ayer, en donde indica que la familia no asistió al tribunal, que sólo lo había hecho este sacerdote. Esta información es imprecisa. Todo lo que digo en la carta se ajusta a la verdad. Yo asistí al tribunal, claro que fui solo, mi hijo por las razones conocidas no concurrió. Fui a declarar con las manos limpias, la frente en alto y las transparencias de mis palabras, y entre paréntesis, fui muy bien atendido; a diferencia de este cura Hernán Enríquez que se hizo acompañar o representar por un abogado, que después me informaron se lo habría cedido el arzobispado. Claro, si hubiese ocurrido este pavoroso episodio después de la carta del Papa Francisco, habría sido distinto… también a él –la víctima– le habrían prestado la asesoría de algún abogado, primeramente porque era un menor seminarista y en segundo lugar porque estaba bajo el alero y responsabilidad del Arzobispado de Concepción. Mis cuestionamientos van también en el sentido de que la Iglesia ha perdido su foco, a veces me parece que se ha olvidado que el centro es Jesús y su evangelio… su esencia. También las instituciones y universidades ligadas a la iglesia católica deben procurar mirar a su inspirador y releer de vez en cuando el evangelio. Creo se ha estado viviendo una etapa de casi un “oscurantismo medieval”. Como lo indiqué en la carta, participé muy de cerca en la Iglesia de Concepción, muy próximo a los pastores Manuel Sánchez, Sergio Contreras, José Manuel Santos. Además conocí las distintas orientaciones al interior de la iglesia, conocí desde la pastoral juvenil hasta el ala más conservadora como el Opus Dei donde también me invitaron y participé. Desde mi experiencia de vida secular creo hablar con propiedad sobre la iglesia. También había estado en Roma y en la Ciudad del Vaticano, conociendo desde muy de cerca al Papa, las celebraciones y al núcleo de la iglesia. Tengo por tanto un bagaje cultural y religioso que creo ni este cura aludido puede tener. Por esta razón me duele lo que está sucediendo con la iglesia en estos momentos en Chile. Estoy agradecido de la cobertura de los todos los medios nacionales y también internacionales. Agradecer el apoyo de tantas personas y muchas organizaciones, y además, aunque parezca raro, de personeros de la propia iglesia católica. Como lo dice mi carta soy una de la que se confía y no soy cualquier persona ni un aparecido. Creo que este sacerdote se equivocó, pensó sentirse superior y nos subestimó… Yo había pertenecido a la iglesia y había recibido los sacramentos antes que él. También desconoció mi ámbito profesional e intelectual. Soy titulado de la U. de Chile, tengo a mi haber al menos tres grados académicos y otros postítulos, estudié en extranjero, en Europa, antes que él, y lo hice al norte de la península y de los Pirineos, estudiando e investigando con grandes maestros e intelectuales, también con académicos de la OCDE, UNESCO. He publicado varios libros, participando permanentemente en distintas actividades del ámbito de la cultura y de la academia, lo que me hace estar gran parte del tiempo en Santiago, ya que en Concepción trato de estar el tiempo justo y necesario. He tenido la suerte de conocer distintas culturas y países, desde las Islas Británicas hasta Magallanes. Reitero mis agradecimientos a vuestro medio y a tantas y tantas personas, muchos/as laicos, personeros de iglesia y personas no ligadas a la iglesia.
Quiero me disculpen por mostrarme algo un tanto presuntuoso, pero con esta mala experiencia, la humildad y sencillez, me han causado mucho daño.
Un abrazo.
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