Las dudas que genera cierre del convenio por $340 millones para potenciar viñas de Itata entre fundación presidida por el ministro Esteban Valenzuela y Gore Biobío

El Caso Convenios generó al interior del Gobierno Regional del Biobío una exhaustiva revisión de todos los programas que la entidad concretó con diversas instituciones de la sociedad civil.

En medio de estos análisis, se han encendido las alarmas con distintos proyectos. Uno que llamó la atención proviene de la administración de Jorge Ulloa (UDI). Se trata de “Valorización de Potencial Vitivinícola Valle del Itata”, por $339,9 millones, y un plazo de ejecución de 48 meses.

Este proyecto sería ejecutado por la Fundación Para la Innovación Agraria (FIA), agencia de innovación del Ministerio de Agricultura. Por estatutos, la entidad es presidida por el ministro de Agricultura, que en ese entonces era Antonio Walker.

El convenio es aprobado el 5 de abril de 2018 por el Consejo Regional y el convenio termina siendo firmado el 30 de noviembre de 2018. La toma de razón por parte de Contraloría se concretó un mes después. A cuatro meses desde que Ñuble dejó de ser provincia y pasó a ser una Región.

A pesar que el proyecto es presentado en momentos preliminares a la separación de Ñuble, desde la administración regional de entonces, se decide dar curso igual al proyecto, teniendo en consideración que no generaría beneficio al Biobío.

¿Presidente antes de ser ministro?

En la revisión del proyecto, la primera alerta surge al revisar el certificado de directorio de persona jurídica sin fines de lucro que emite el Registro Civil. En ella figura el actual ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, presidiendo el directorio de la entidad.

Hasta ahí todo normal, ya que eso establecen los estatutos, pero la fecha de elección de la última directiva según el documento habría sido el 20 de enero de 2021. En esa fecha, Valenzuela se desempeñaba como académico en la Universidad de Concepción y la ministra de Agricultura, y por tanto, presidenta de la FIA, era María Emilia Undurraga.

Sobre este punto, desde FIA, puntualizan que “correspondió  a un error de emisión del certificado por parte del Registro Civil, en cuanto a que refirió una fecha de una actualización anterior”.

Tanto desde la FIA como el Gore Biobío descartan que el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela haya realizado alguna acción a raíz de este programa.

Más plazo por la misma plata: dos visiones

Otro de los hechos que generan dudas fue una solicitud que ingresó la propia institución el 12 de septiembre de 2022.

En ella piden extender el plazo de ejecución para lograr cumplir con los objetivos propuestos, lo anterior fue acogido por el Gore y se extiende en dos años el convenio, desde diciembre de 2022 a diciembre de 2024.

Desde la FIA indican que se solicitó la ampliación del plazo, basándose, en la cláusula Décima del contrato, en donde se menciona el periodo de extensión que tendrá la vigencia de este. “FIA consideró que en vista que la toma de razón fue el 4 de diciembre de 2018, el plazo terminaba el 4 de diciembre de 2022. Siendo así, este plazo resultaba absolutamente insuficiente para llevar a cabo las actividades del convenio y el término del programa en forma satisfactoria,  ya que se produjeron atrasos en su ejecución por parte de INIA, (ejecutor de este proyecto), debido a la pandemia y a procesos propios de un proyecto de innovación que trabaja con pequeños productores”.

Eso sí, desde el Gore Biobío tienen otra interpretación, ya que “no se acepta la extensión de plazo. En el convenio queda estipulado que la efectiva ejecución de las actividades del programa no podrá exceder 48 meses desde la última transferencia de recursos realizada por el Gobierno Regional del Biobío. Esta última transferencia fue efectuada el 24 de diciembre de 2020, por lo tanto, automáticamente la vigencia del programa es hasta el 24 de diciembre de 2024”.

Término del convenio

Como fuere, el plazo se extendió. Sin embargo, el 13 de julio de 2023, ingresó al Gore Biobío un documento desde FIA, en donde dan por finalizado el programa y concreta la devolución a la institución de $34,6 millones.

La FIA justifica esta determinación en que “las actividades técnicas y administrativas se encuentran finalizadas, por lo que se informa vía carta al Gore y se hace la restitución de los fondos no ejecutados”.

Desde el Gore Biobío complementan con que “este finalizó con el ingreso del informe final al Gobierno Regional del Biobío el 25 julio de 2023. Hubo reintegro de recursos no utilizados, tal como señala el convenio en su cláusula Octava. Es importante clarificar que no se trata de un contrato, sino que un convenio de transferencias firmado entre el Gobierno Regional del Biobío y FIA”.

Y agregan que “el informe final ingresó el día 25 de julio y se encuentra en etapa de revisión, por la contraparte técnica”.

Es materia de análisis si las causales invocadas para el cierre del convenio por parte del ejecutador lo liberan o no de la devolución de la totalidad de los recursos y no solo de una parte.

Mercado complejo y tradicional

Desde la FIA consideran que los objetivos del programa se cumplieron.

Según la entidad, tras realizar este programa, lograron una “caracterización y obtención del potencial productivo de los productores y vitivinícolas del Valle del Itata, así como sus vinos, determinando las características del vino”.

También, la FIA afirmó que pudieron “identificar a los productores con vinos con un potencial comercial; establecer un modelo de negocio sostenible y transferir conocimiento  para lograr un producto con identidad territorial”.

El ejecutante del proyecto, reconoce que desde el punto de vista técnico “fue posible determinar diferentes categorías de productores, como aquellos productores que, si bien llevan muchos años desarrollando la vitivinicultura y elaboración de vinos, aún presentan problemas a nivel de vinificación, pero sobre todo luego de terminar la fermentación alcohólica”.

A su vez, definen al mercado del vino como “complejo y tradicional, la entrada al mercado de vinos del nuevo mundo y de cepas patrimoniales no es un concepto que se maneje, y costó generar un espacio. De acuerdo con la estrategia de PROCHILE el mercado americano no es el más adecuado para estos vinos, sino más bien aquellos mercados de nicho".

Por su parte, en el Gobierno Regional descartan que uno de los objetivos de la iniciativa haya sido la exportación de vinos.

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