Juan Pablo Escobar se mueve entre una multitud de alumnos que le pide fotos y saludos. Sin duda, la historia de su padre, el narcotraficante más buscado del siglo XX, cautiva a los jóvenes. No por nada, series como Narcos y Pablo Escobar, el Patrón del Mal ganaron millones de televidentes.
Pero su mensaje no puede estar más lejos de la narcocultura. A pesar del lujo y los millones que lo rodearon en sus primeros años, vivió el hambre y la persecución tanto del gobierno, como de carteles enemigos. Tenía 16 años cuando mataron a su progenitor y cambió el rumbo de su vida.
En el gimnasio de la Universidad San Sebastián (USS) en Concepción, presentó "un testimonio de vida que no busca glorificar a mi padre, sino al contrario, busca poner los pies en la tierra. Hacer un llamado a la conciencia, a la paz, al perdón, a la reconciliación... Y a entender que la historia de mi padre no se trata acerca de un caso de éxito, sino que es una historia para no repetir", explicó a SABES.
Escobar fue convocado por la fundación Lo Que De Verdad Importa para enseñarle a estudiantes que "se puede salir adelante. Frente a las adversidades uno siempre puede encontrar una solución", dijo la directora ejecutiva Sara Cerda.
Para Juan Pablo, también llamado Sebastián Marroquín, es claro, "a través de la criminalidad no llegas al éxito. La vida nos lo ha demostrado, es a través del estudio, del esfuerzo, de la educación, que podemos lograr cosas positivas y duraderas verdaderamente", indicó.
Su recomendación para los jóvenes es que todos los días se alejen de la violencia.
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