Cientos de estudiantes de Concepción presenciaron dos historias inspiradoras en el seminario de Lo Que De Verdad Importa en la Universidad San Sebastián (USS). En la casa de estudios recibieron a Juan Pablo, hijo de Pablo Escobar, un pacifista que renunció a la violencia ejercida, y a María Paz Díaz, una tenista paralímpica cuya vida cambió por una bala loca.
Es la primera vez que la fundación, nacida en el 2007 en España, visita la ciudad penquista, "creemos que si cambiamos a los jóvenes, los vamos a transformar en mejores personas para un futuro", señaló la directora ejecutiva Sara Cerda.
En la instancia, Juan Pablo Escobar o Sebastián Marroquín recordó su crianza en medio del narcotráfico. A pesar de los millones que manejaba su padre, a veces ni siquiera tenían para comer. "A través de la criminalidad no llegas al éxito. La vida nos lo ha demostrado, es a través del estudio, del esfuerzo, de la educación, que podemos lograr cosas positivas y duraderas verdaderamente", dijo el ahora arquitecto y diseñador.
A sus 16 años, tras el asesinato del criminal más buscado del siglo XX, Marroquín musitó unas palabras que todavía lo persiguen, "los voy a matar a todos esos hijos de puta". En las más de tres décadas que han pasado, se ha dedicado al arrepentimiento, a pedir perdón y a reducir la glorificación de su padre, "es una historia para no repetir", señaló a SABES.
Para Felipe Sahli, presidente de LQDVI, la historia de Juan Pablo llama a la "prevención de la droga y sobre todo no ilusionarse con que la narcocultura les va a cambiar la vida a los jóvenes. Estar cerca de la droga trae destrucción, trae pobreza, trae tristeza, no trae nada positivo".
María Paz Díaz tenía 18 años cuando una bala loca le causó una lesión en su médula espinal, dejándola parapléjica. Durante su rehabilitación en Teletón conoció distintos deportes que podía realizar y "me enamoré del tenis paralímpico", indicó, cambiando su vida para siempre.
"Me demuestra que tengo que poner el foco en mis capacidades, no en mis discapacidades. Creo que uno de mis grandes lemas es lo que me guía en la vida y fue entender que los límites no existen, que están solo en la cabeza. Cuando me di cuenta que podía correr en una cancha de tenis estando en igualdad de condiciones, me doy cuenta que sí podía tener una vida completamente normal", expresó a este medio.
Su mensaje para la juventud apunta a la confianza en las capacidades propias, como señala en su libro Todo marcha sobre ruedas. "Es una historia de superación, de que la vida da un golpe importante y que se puede salir adelante", valoró Sahli.
Tras el exitoso seminario, el vicerrector Claudio Concha agradeció la presencia de Lo Que De Verdad Importa en la universidad. "Nos permitió a todos escuchar testimonios que inspiran y que confirman que uno no es lo que hereda, sino lo que decide ser. Ese mensaje es muy potente para los estudiante del Biobío , porque fortalece sus valores y los anima a proyectarse en su vida personal y profesional", relevó.
La jornada en la USS Concepción incluyó la habilitación de un Punto Pausa, un espacio para que estudiantes neurodivergentes observaran la transmisión en vivo. "Consistió en un lugar de calma, de relajación, para desregulaciones sensoriales, emocionales, que a los estudiantes les pueda impactar dentro del seminario", señaló la terapeuta Sabrina Lara.
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