El agua no es un recurso infinito: es limitado y su cuidado tanto para la comunidad actual como para las próximas generaciones, depende de la acción colectiva. Bajo esa premisa, este lunes se realizó en las oficinas de Essbio en Concepción la Ceremonia Sello del Agua.
Se trata de una iniciativa que comenzó como piloto a fines de 2023 y que hoy se consolida como un programa permanente de la compañía en materia de sostenibilidad. ¿El objetivo? Promover el cuidado del agua potable, concientizar sobre su buen uso y avanzar hacia un consumo más eficiente.
Para ello se convocaron a 18 instituciones de la Región del Biobío: 10 colegios del Gran Concepción y 8 restaurantes de Tomé y Dichato que fueron reconocidas con el Sello de Bronce. Esto, tras realizar un proceso de medición de consumo que les permitirá avanzar hacia nuevas categorías de reconocimiento. A partir de los resultados, los participantes deberán implementar un plan de gestión con medidas concretas que apunten a la eficiencia hídrica y así avanzar al Sello Plata, hasta lograr consolidar estos planes para ser reconocidos con el Sello Oro.
Uno de los establecimientos reconocidos fue el Liceo de Adultos José Manuel Balmaceda, donde se involucró a toda la comunidad escolar en el desafío. El director, Ricardo Morales, relató parte de la experiencia.
"Se invitó a los estudiantes, a los asistentes de educación y a los docentes a asumir este desafío que nos ponía Essbio para realizar un sinnúmero de acciones. Así por ejemplo implementamos el sistema de goteo para poder mantener los viveros y poder optimizar el sistema de regadío por aspersión, y así ir viendo cómo el consumo mensual en la boleta iba en descenso. Vimos el efecto rápidamente. Hoy día existe conciencia con respecto a que este recurso agua es finito y lo podemos ir cuidando a través de diferentes acciones que ya están internalizadas", señaló.
La estudiante Kimberly, de quinto básico del Liceo Leopoldo Lucero González, también valoró la iniciativa. "Que estemos acá significa mucho para mí porque siento que todo mi colegio aportó. Me parece muy bien que estemos ayudando en el cuidado del agua. Primero nos organizamos primero y después fuimos viendo lo que debíamos hacer. Hicimos un huerto, lo cuidamos y ahí aprendimos cómo reciclar el agua y cómo usarla mejor en cosas que son importantes".
En tanto, la directora del Liceo Luis de Álava, de Florida, Carolina Vidal, recalcó la relevancia de este programa en una comuna marcada por la escasez hídrica.
"La comuna de Florida, como bien se sabe, tiene un tema importante con el recurso hídrico. Trabajar estas temáticas con los estudiantes y a nivel de comunidad escolar, es súper necesario. Permite ir generando conciencia, respetando el entorno social y cultural que tiene la comuna de Florida. Y todo esto, compartiendo con los estudiantes espacios de solución frente a una problemática actual. Probablemente durante los años, si no se toman medidas de trabajo sostenible, pueda transformarse en una gran crisis".
En esa línea, Vidal afirmó que la intención es "seguir trabajando con el programa. Vemos como una gran meta poder lograr el Sello de Plata y también el Sello de Oro. Ahora, ¿cómo lo vamos a abordar? Es la misión que vamos a llevar. Este es un trabajo que no solamente involucra a la gestión del establecimiento, sino también a los estudiantes y a sus funcionarios".
El gerente general de Essbio, Cristian Vergara, destacó que el desafío ahora es ampliar la cobertura de este programa a todas las regiones donde opera la sanitaria: O'Higgins, Ñuble, Maule (a través de Nuevosur) y otras zonas del Biobío.
"El desafío es que, esta iniciativa que es un programa piloto, se extienda a las regiones donde operamos y que logremos una cobertura mayor a los 18 establecimientos que ya tenemos. Queremos ampliarlo a más comunidades educativas en otras regiones y también a otros segmentos".
Por su parte, el seremi de Medio Ambiente del Biobío, Pablo Pinto, subrayó la importancia del trabajo conjunto. "Es fundamental para poder generar una sensibilización a la comunidad al buen uso de este recurso que no es infinito. Con Essbio siempre hemos trabajado de la mano para poder proteger los ecosistemas que proveen de este recurso fundamental".
"El trabajo mancomunado con la empresa, con la comunidad y con las instituciones públicas, es fundamental. Tenemos que hacernos cargo de una problemática que el cambio climático trae consigo, que son los problemas de abastecimiento de ciertos recursos. Por lo tanto este trabajo es fundamental para poder cuidarlo, para poder protegerlo y de esa manera proyectarlo hacia el futuro", complementó.
Desde el ámbito gastronómico, Juan Navidad, uno de los dueños de una cadena de restaurantes y bares en Tomé, explicó que "nuestro rubro ocupa grandes cantidades de agua tanto en procesos como en uso directo. Lo que buscábamos era disminuir las fugas innecesarias, incluso apostando a la reutilización en algunos conceptos. Obviamente de aguas que no se utilizan directamente al público. Pero siempre enfocado principalmente en disminuir las pérdidas innecesarias.
"Son pequeños trabajos que, aunque se vea poquito, al fin de mes uno lo ve reflejado en la boleta. Ahí se nota que el impacto no es menor", concluyó el empresario.
En esta oportunidad, las entidades que participaron son el Colegio Bicentenario República del Brasil, Colegio Juan Gregorio Las Heras, Liceo Enrique Molina Garmendia, Liceo Juan Martínez de Rozas, Liceo de Adultos José Manuel Balmaceda Fernández, Liceo Rebeca Matte Bello y Liceo Lucero González de la comuna de Concepción; el Liceo Chiguayante de Chiguayante; el Liceo Luis de Álava de Florida; y la Escuela Básica Los Libertadores de Hualqui. En el ámbito gastronómico, se sumaron los restaurantes La Esquina, Munot, Kao Kao, Vancouver Terraza Bar y Riviera Ocean View de Tomé; además de Tío Agustín, Bahía Azul y Santa Elena de Dichato.
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