Sus delicados diseños azules sobre loza blanca lo hacen inconfundible, el plato Willow llegó a estar en mesas y vitrinas de todo Chile, directamente desde la Fábrica Nacional de Loza de Penco (Fanaloza). Un legado que la comuna busca proteger al solicitar la denominación de origen al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi).
La pieza fue concebida por el artista Roberto Benavente, adaptando las creaciones inglesas del siglo XVIII que, a su vez, estaban inspiradas en el exotismo asiático. El plato llegó a Chile en el siglo XX, tomando el nombre Willow del patrón gráfico y del popular pigmento color azul cobalto usado para imprimir las imágenes.
Está de más decir que se transformó en un hito cultural en la identidad de Penco, también arraigada a la ya difunta fábrica.
Para el director del Museo de la Loza de Penco, Leonardo Gotelli, "fue muy importante durante toda su época de producción, fue una de las lozas que fue más vendidas acá en Penco. Entonces, todas las personas recuerdan que comieron en estos platos, tienen un recuerdo familiar y tienen un apego a este dibujo, a este color". Asimismo, se convirtió en un ícono tanto en hogares populares o acomodados, dentro o fuera de Chile.
Mediante la denominación de origen, el municipio quiere que sea reconocido legalmente su vínculo territorial. "Merece un reconocimiento que lo ancle legalmente a su territorio de origen", aseguró el alcalde Rodrigo Vera.
Para realizar la solicitud al Inapi, tendrán que demostrar con antecedentes históricos, documentales y afectivo en un robusto expediente. Una lucha por proteger su patrimonio histórico e "impulsar la posibilidad de su reproducción artesanal bajo estándares patrimoniales", agregó. Si bien ya no se fabrica industrialmente, el Museo podría validar obras que respeten su diseño y procedencia.
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