Desde Santiago hasta Iquique, luego un bus hacia Arica y un taxi a la frontera con Perú, así fue el recorrido del sicario Alberto Mejía para salir de Chile a través del paso Chacalluta.
El conductor, Mauricio, lo llevó a través del desierto, desconociendo su condición. Se cruzaron en el terminal, "yo estaba ofreciendo taxi para la frontera y como ya habían tres personas, llegó y se sumó a la cuarta", indicó el piloto a CHV.
Antes de subir al vehículo, su carácter era "bien quitado de bulla (...) con su chaleca ploma y una chaleca aparte en la mano, como si estuviera escondiendo algo", indicó. El delincuente habría estado ocultando un tatuaje en el dorso de su mano, incluido en el cartel de búsqueda.
La actitud de Mejía cambió durante la carrera, en la que compartió con otro sujeto que salió de la cárcel. Según recordó el chófer, "en la parte de atrás del taxi se iba jactando de que lo habían tomado preso en Estados Unidos. El otro compadre también iba saliendo, venían conversando de la experiencia en otros países en los que habían estado detenidos".
Mauricio los dejó en cercanías del complejo Chacalluta, donde pasó el control del Ejército, "de que los controlaron, los controlaron. De hecho, dos personas que se fueron ilegal, las devolvieron. Él con la otra persona tienen que haber pasado", aseguró.
Para el taxista la situación es "fome" y lamenta verse involucrado en el traslado a la frontera del sicario del "Rey de Meiggs". Actualmente, Alberto Carlos Mejía estaría en Colombia.
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