La Dirección Regional de Aduana de San Antonio decomisó 783 kilos de hidróxido de sodio y calcio, durante las últimas horas. Ambas sustancias son precursores químicos que se utilizan en la fabricación de drogas sintéticas.

El hallazgo se produjo cuando fiscalizadores realizaban labores de control a contenedores que se encontraban listos para salir desde Chile a través del Puerto de San Antonio. En ese momento, tras revisar la documentación, se percatan de que una de estas cargas venía con una alerta generada por la Unidad de Inteligencia y Análisis (UIA) y el Departamento Nacional de Drogas y Delitos Conexos de la Dirección Nacional de Aduanas, por lo que se procedió a una inspección más exhaustiva.

Al inspeccionar los tambores, los funcionarios se percataron que traía una sustancia controlada que no contaba con las certificaciones de acreditación del Ministerio de Seguridad Pública. Ante esto, tomaron una muestra para enviarlo al Laboratorio Químico de Aduanas en Valparaíso.

El análisis señaló que la mercancía correspondía a Hidróxido de calcio al 79,42% e Hidróxido de sodio al 4,43%. Estas sustancias están reguladas y controladas por la Ley de Drogas, para prevenir el desvío hacia la elaboración de drogas ilícitas.

783 kilos con destino a Perú

El director regional (s) de la Aduana de San Antonio, Ángelo Vergara, indicó que "este hallazgo es una muestra de las capacidades analíticas que posee el servicio. El objetivo es evitar el envío o ingreso de sustancias que el crimen organizado transnacional ocupa".

En total, se decomisaron 2 pallets que contenían 40 bidones y 5 tarros, con un total de 783 kilos de la mezcla química (hidróxido de calcio e hidróxido de sodio). Al no contar con los documentos que acreditaban su exportación, con destino al puerto de Callao en Perú, fue declarado como contrabando e informado al fiscal del Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos (SACFI) Ignazio Rivera, que determinó que la Brigada de Delitos Portuarios (BRIDERPO) de la Policía de Investigaciones (PDI) continúe la investigación.

Estos elementos pueden tener usos lícitos en industrias farmacéutica, química o agrícola, pero su manejo está sujeto a fiscalización, permisos y registros del Ministerio de Seguridad Publica, y le toca al Servicio Nacional de Aduana su control y fiscalización cuando estas mercancías ingresan y salen por puertos, aeropuerto y fronteras de país.

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