La falta de alternativas en el invierno para las personas en situación con mascota deja al descubierto la falta de políticas en la materia
Este invierno, en Concepción, se disponen apenas 200 camas para personas en situación de calle. Sin embargo, se estima que al menos 1.850 personas viven sin techo. Esta desproporción refleja una respuesta mínima frente a un problema estructural, el abandono de quienes habitan la calle.
Más allá de las cifras, hay realidades profundamente humanas que siguen quedando fuera de toda política pública. Una de ellas es la de quienes viven en la calle junto a sus mascotas. Para muchas personas, los animales no son solo compañía, son familia. Ahora imaginemos lo que significa ese vínculo para alguien que no tiene a nadie más, que ha perdido sus redes, su hogar y su historia. A diario, estas personas deben elegir, ya que los dispositivos no admiten animales, entre un techo o el único ser que los acompaña incondicionalmente. Como terapeuta ocupacional, sé que esa decisión no es menor, ya que las mascotas brindan afecto, protección, sentido de pertenencia y, muchas veces, una razón para seguir. No pueden seguir siendo ignoradas en los modelos de atención.
Mientras tanto, lejos de ofrecer alternativas, algunos espacios han optado por levantar rejas o poner obstáculos en zonas techadas. La denominada arquitectura hostil no solo impide encontrar abrigo, también refuerza la aporofobia, esa forma de exclusión que castiga la pobreza visible. La calle se vuelve más dura para quienes ya lo han perdido todo.
Aun así, siguen ahí. En plazas, esquinas y rincones de la ciudad, improvisan rucos con cartones y nylon. Resisten este invierno en silencio.
En la Residencia Roberto Paz, un dispositivo del Ministerio de Desarrollo Social y Familia y ejecutado por Corporación CATIM que acompaña procesos de rehabilitación y reinserción de personas en situación de calle, hemos aprendido que no basta con ofrecer abrigo. Hay que construir sentido, es por eso que realizamos la Ruta Calle, una salida nocturna donde entregamos café y alimentos a personas que hoy viven en la calle. Lo más importante de esta acción es que la realizamos con nuestros propios participantes, personas en proceso de superación que alguna vez enfrentaron esa misma realidad. Al reencontrarse con ella desde otro lugar, resignifican su historia y fortalecen su proceso personal y al mismo tiempo motivan a otras a poder cambiar.
Nadie elige nacer sin redes, sufrir una adicción, vivir un trastorno de salud mental sin tratamiento, o ser expulsado del sistema una y otra vez. Detrás de cada persona en situación de calle hay una historia. Una que muchas veces preferimos no ver.
La calle no se resuelve solo en invierno. Se necesitan políticas públicas integrales, con enfoque comunitario y de derechos. Dormir bajo la lluvia no es una elección, es la consecuencia de una sociedad que aún no mira a todos por igual.
El frío es implacable, pero la indiferencia lo es aún más.
Redacción Sabes
Marcelo Castro
Periodista y licenciado en Comunicación Social de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Con 10 años de experiencia en diario, radio, televisión y comunicación corporativa. Abarcando áreas como política, educación, transporte, economía, obras públicas, entre otras. En este tiempo, estuve en medios como Ciper, ADN Radio, La Red, Diario Concepción, Chilevisión y actualmente abarco temas de contingencia en SABES y corresponsal en el Biobío para Agricultura.