Con la llegada de un intenso sistema frontal en el centro y sur de Chile, acompañado de lluvias, fuertes ráfagas de viento y tormentas eléctricas, surge la pregunta de cómo podemos proteger las estructuras, siendo una solución los pararrayos.

Una forma de evitar estas descargas eléctricas, es instalando un dispositivo metálico llamado pararrayos. Generalmente se instalan en los puntos más altos de una estructura y están diseñados para proteger construcciones.

Su funcionamiento es simple pero eficaz. Cuando cae un rayo, lo atrae y lo conduce hacia la tierra, evitando que afecte a casas, cause incendios o dañen aparatos electrónicos.

Los pararrayos desvían las descargas eléctricas por el sistema frontal de las estructuras

El pararrayos fue inventado por Benjamin Franklin en el siglo XVIII, y desde entonces ha evolucionado en materiales y tecnologías, pero su fin sigue siendo el mismo, redirigir la energía eléctrica de forma segura.

Durante los últimos frentes meteorológicos, se han registrado múltiples tormentas. Incluso, un rayo impactó en viviendas de Apalta, en la región de O’Higgins. En una de ellas, provocó daños en la red eléctrica, la cual tendrá que ser reinstalada de nuevo.

Por estos hechos, el instalar pararrayos podría ser considerado. Sin embargo, principalmente sería recomendable en edificaciones en zonas rurales o aisladas, edificios altos, torres de telecomunicaciones y estructuras metálicas visibles. 

En Chile no existe una obligación general para instalar pararrayos, pero sí hay normativas para edificios públicos, antenas y recintos industriales. La Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), define las exigencias técnicas para su implementación siguiendo estándares internacionales.

En el caso de casas, generalmente se utilizan tipo Franklin que son una varilla metálica conectada a la tierra, con dispositivos de cebado (PDC) que captan el rayo antes de que impacte y abarca más área, entre otros.

Es una decisión que haría una gran diferencia, aunque no es muy accesible por su alto costo, sobrepasando los $200 mil pesos.

Con la frecuencia creciente de tormentas eléctricas en el país, los pararrayos ya no son solo una medida opcional, sino una inversión de seguridad. Sea en el campo o la ciudad, proteger lo propio frente a eventos extremos como los rayos es una opción a clave para el bienestar.

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