La "ley del latido" mantuvo por cuatro meses en soporte vital a la joven embarazada Adriana Smith, a pesar de sufrir la muerte cerebral. Debido a las leyes de aborto que rigen al estado de Georgia, Estados Unidos, no la desconectaron hasta que nació el bebé.
En febrero, la enfermera de 31 años acudió a un centro asistencial por un fuerte dolor de cabeza, pero la despacharon a casa con medicamentos. Al día siguiente despertó con dificultades para respirar. El diagnóstico que le dio el Emory University Hospital fue coágulos sanguíneos en el cerebro.
Aunque Smith no podía mantenerse viva por su propia cuenta, la detección de actividad cardíaca le prohibió al hospital realizar un aborto. Por lo tanto, siguió conectada a un ventilador mecánico.
Este martes nació el pequeño Chance de forma prematura mediante una cesárea, tendría alrededor de siete meses. Según su abuela, April Newkirk, "Esperan que esté bien (...) Sólo está luchando. Lo único que queremos son oraciones, sólo sigan rezando por él", aseguró a la estación WXIA, filial de NBC News.
En una declaración previa, Newkirk apuntó a que su nieto podría sufrir complicaciones por el estado de Adriana, como nacer ciego o con discapacidad para caminar.
Tras cuatro meses sobreviviendo gracias a las máquinas, Smith pudo ser desconectada. "Es difícil de procesar. Soy su madre, yo no debería enterrarla a ella. Mi hija debería enterrarme", lamentó April.
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Patricia Castillo
Periodista titulada de la Universidad de Concepción, con experiencia en medios digitales y SEO. Interesada en el café, la comida, los emprendimientos y las series.