Llevar una alimentación saludable es clave para controlar la hipertensión, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y que, si no se maneja adecuadamente, puede derivar en graves problemas cardiovasculares.

Aunque muchos saben que deben reducir la sal, pocos son conscientes de la cantidad de alimentos comunes que contienen sodio y otros ingredientes que elevan la presión arterial casi sin darnos cuenta.

Identificar y evitar estos alimentos no solo ayuda a mantener la presión bajo control, sino que también mejora la salud general del corazón. Por lo mismo, a continuación te indicamos cuáles son los principales enemigos en la dieta de una persona hipertensa.

1. Sal y alimentos altos en sodio

El exceso de sodio retiene líquidos y eleva la presión arterial, por lo que se debe evitar la comida rápida, los embutidos como jamón, salchichas y tocino, las sopas y fideos instantáneos, las salsas procesadas como la soya, ketchup y BBQ, snacks salados.

2. Carnes procesadas y grasas saturadas

Los embutidos, las carnes rojas grasas, las hamburguesas comerciales y el tocino aumentan el colesterol malo y el riesgo cardiovascular.

3. Quesos curados o muy salados

Son ricos en sodio y grasas, por lo que alimentos como el queso azul, parmesano o roquefort deberían ser evitados por las personas con hipertensión.

4. Alimentos fritos y ultra procesados

Las papas fritas, los nuggets congelados y la bollería industrial en general tienen grasas trans y altos niveles de sodio.

5. Azúcares añadidos y dulces

Se deberían evitar en caso de hipertensión pues aumentan el riesgo de obesidad, diabetes y presión alta. Es el caso de los pasteles, las bebidas azucaradas y los cereales refinados.

6. Cafeína en exceso

El café fuerte, las bebidas energéticas y el té negro en grandes cantidades puede causar aumentos temporales en la presión.

7. Alcohol

¿Por qué las personas hipertensas deberían limitarlo? Eleva la presión arterial y afecta el corazón. ¿Cuál sería la cantidad recomendada? Máximo 1 copa/día para mujeres, 2 para hombres (o menos, según el caso médico).

Cabe señalar que, en todos los casos, la recomendación siempre es leer las etiquetas de los productos, pues muchos alimentos podrían llevar más sodio del que pensamos.

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