14 junio 2025
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Patricia Rivadeneira y la obra “Una mujer llena de vicios” en el TBB

Por Antonia Reyes | viernes 13 junio 2025 - 14:10
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Este viernes llega al Teatro Biobío Una mujer llena de vicios, obra protagonizada y producida por la reconocida actriz nacional Patricia Rivadeneira. Basada en el ensayo autobiográfico de Virginie Despentes, Teoría King Kong, la puesta en escena propone una mirada cruda y profundamente humana sobre temas tabú como la violación, la pornografía, el trabajo sexual y el feminismo.

La obra ha sido presentada en espacios como GAM, el Festival Quilicura Teatro y recientemente en el Teatro Picadero de Buenos Aires, uno de los circuitos comerciales más relevantes de Argentina. “Fue un gran desafío porque los argentinos no suelen llevar teatro chileno para allá. Estar en una sala tan importante fue un hito, y el recibimiento fue rotundo”, comenta Patricia con orgullo.

Un proyecto que se hizo a fuego lento

Una mujer llena de vicios nació como una lectura dramatizada impulsada por el productor argentino Sebastián Blutrach en el Teatro San Martín. Rivadeneira participó de la versión chilena del mismo proyecto, y ahí vio el potencial escénico del texto. “Me di cuenta de que podía ser una obra a dos voces. El libro está escrito en primera persona, pero pensé que dos actrices podían encarnar distintas facetas de esta voz. Así lo fuimos tejiendo”.

El texto de la obra como arma de liberación

Virginie Despentes escribe desde su experiencia: fue víctima de violación, trabajadora sexual, directora de cine porno, feminista radical. “Este ensayo marca un antes y un después en el feminismo contemporáneo, porque pone sobre la mesa temas que no habían tenido literatura ni representación”, dice Rivadeneira. “Ella misma relata que cuando fue violada, buscó ayuda en los libros, donde siempre la había encontrado, pero sobre eso… no había nada”.

Para la actriz, poner el texto en escena es también una acción política. “Muchas mujeres han silenciado abusos por vergüenza o por miedo a ser juzgadas. Virginie plantea que una mujer violada es vista como una mercancía dañada. Y eso nos ha marcado a todas. Por eso esta obra es también una forma de salir de la vergüenza, de decir ‘esto pasó, esto existe’, y enfrentarlo con la verdad”.

Una puesta en escena que interpela

Rivadeneira es clara en que el objetivo la obra "Una mujer llena de vicios" no es entregar un mensaje cerrado ni dar lecciones. “El arte no tiene por qué decirte qué pensar. Queremos que el público se conmueva, se cuestione, reflexione. Esta pieza teatral no es un melodrama, y la protagonista nunca se pone en el lugar de víctima. Se aborda todo con fuerza, sarcasmo y hasta humor”.

La propuesta escénica es minimalista, pero cargada de contenido: sillas, cuerpos, luces, sonido y música potente. “Lo esencial es la palabra y el cuerpo. Y el cuerpo aquí no es solo físico, es político, es histórico. Es un cuerpo que dice ‘no más’”.

Feminismo, pornografía y tabúes

Durante la obra se abordan temas que, socialmente, siguen incomodando: violación, prostitución, pornografía, poder masculino. “Virginie señala que la pornografía es una industria que mueve más dinero que la farmacéutica, lo que demuestra su consumo masivo y lo poco que se habla de ella. Y aunque el texto es de 2006, sigue vigente. Sigue incomodando. Todavía hay programadores que no quieren mostrar esta obra por temor a lo que puede provocar”, comenta la actriz.

Y agrega: “Sabemos que hay hombres en el público que quizá han violentado a una mujer o han callado a alguien que lo hizo. Esta obra es incómoda porque pone eso en escena. Porque muestra la otra cara del poder”.

La revolución femenina y la no revolución masculina

Para Rivadeneira, el feminismo ha impulsado cambios estructurales, pero aún queda camino. “La revolución feminista está en marcha, pero la revolución masculina no. Muchos hombres siguen atrapados en los roles que les impusieron. Esta obra también es una invitación a ellos, a repensarse, a moverse del lugar en que los dejaron”.

La actriz reconoce que interpretar a este personaje ha sido intenso y sanador. “Hay vivencias personales que también afloran. En los ensayos aparecieron recuerdos. A mí casi me intentaron violar dos veces. Todo eso se pone en la olla para la interpretación. Es fuerte, pero también muy liberador. La verdad libera”.

Con una trayectoria que cruza teatro, cine y televisión, Rivadeneira asegura que este montaje le deja una enseñanza distinta: “Me interpela la posibilidad de que las mujeres podamos ser agentes de un cambio epocal. Que nuestra experiencia, puesta al servicio de los demás, sea un acto de compasión y de redención social”.

La obra no busca consensos, sino incomodidad, reflexión y verdad. Patricia Rivadeneira nos recuerda que el teatro puede ser un espacio incómodo, sí, pero también profundamente necesario cuando lo que está en juego es el derecho a hablar y ser escuchadas.

Antonia Reyes

Antonia Reyes