Un equipo de científicos identificó las alteraciones que provoca el depositar el ancla para estacionar las embarcaciones de buques en el fondo marino de la Antártida. Una acción que daña los ecosistemas de este frío océano.
El cambio climático ha permitido el deshielo de muchas zonas en el mundo y la Antártida no es la excepción. Esta disminución de los hielos ha permitido a las embarcaciones poder adentrarse a zonas antes inaccesibles.
Estas embarcaciones están provocando diversos daños en aquellos ecosistemas que habitan en el fondo del mar ártico y científicos lo han documentado con la idea de reconocer la importancia de la conservación de la vida marina y la necesidad de desarrollar estrategias para mitigar el perjuicio que están realizando los buques.
Para quienes no conocen el término fondeo, este se refiere a la acción de bajar el ancla para poder estacionar el buque en lugares para realizar el desembarco.
Los oceanógrafos de este estudio han podido detectar cómo las anclas de los barcos que llegan a estas costas han afectado a colonias de esponjas marinas que han sido aplastadas. También se han visto sedimentos blandos alterados y estrías en el lecho marino causadas por los aparatos de fondeo.
Uno de los autores, Matthew Mulrennan, científico marino y fundador de KOLOSSAL, una organización dedicada a la exploración y conservación oceánica de California, indicó a través de Frontiers in Conservation Science que "esta es la primera vez que se documentan los impactos del fondeo de barcos y los daños en las cadenas en aguas antárticas. Si bien las actividades en la Antártida están sujetas a normas de conservación muy estrictas, el fondeo de barcos está prácticamente desregulado".
La geofísica marina del Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda y coautora de la investigación añadió que "la documentación es muy necesaria, dada la importancia de estos ecosistemas y las protecciones que les otorgamos. Los impactos del fondeo están poco estudiados y subestimados a nivel mundial. Es fundamental reconocer y mitigar los impactos en todas las industrias y limitar el fondeo planificado".
Por un lado, entre 2022-2023 se registró la llegada de al menos 195 buques con fines turísticos, de pesca e investigación, además de yates privados que llegaron a estas costas. Pero, por el otro lado, también están aquellos que operan sin licencia y no quedan registrados, dificultando su monitoreo.
Tras la investigación del fondeo de los buques, se ha detectado una disminución de la vida marina en la península antártica y la isla Georgia del Sur. Cámaras submarinas captaron las imágenes en 36 puntos de las zonas mencionadas anteriormente, analizando la superficie y hasta un metro por encima del fondo marino.
Mulrennan también señaló que "el daño observado casi afectó a tres esponjas volcánicas gigantes, consideradas los animales más antiguos del planeta, con una vida útil de hasta 15 000 años". Además de otras especies como pulpos antárticos, arañas marinas, estrellas solares árticas y diversos peces.
Los investigadores señalan que "es un problema ambiental acuciante, pero ojos que no ven, corazón que no siente". Sin embargo, el no contar con una base de datos que registre la frecuencia de la llegada de barcos y el fondeo que realizan, además de estar limitados en cuanto a la extensión del problema, dificulta el poder establecer los plazos de recuperación de las zonas afectadas y el desarrollo de medidas de mitigación.
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Johann Millaquipai
Periodista en formación, estudiante de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.