En una leyenda urbana se ha convertido una reconocida escultura presente en el Cementerio General de Concepción, la “Tante Trule”. Identificada con diversos nombres, ha inspirado la creatividad de varios penquistas, quienes han desarrollado e incluso divulgado, múltiples relatos sobre su origen, inspiración e incluso, supuestas apariciones paranormales.

Una mujer desnuda, recostada sobre una lápida a nivel del suelo, despierta constantemente diversas interrogantes a quienes visitan el patrimonial camposanto, siendo la historia más recurrente sobre ella, que correspondería a la amante de un difunto, descansando sobre él luego de su pérdida. Otros relatos un poco más macabros, mencionan que durante las noches, se pueden escuchar llantos en el sector.

En palabras de la profesora de artes y familiar de la escultora que dio vida a la obra “La Tante Trule”, Maria Valeria Frindt Garreton, la historia detrás de la enigmática escultura, es muy distinta a lo que se cuenta.

¿A quién corresponde la sepultura coronada con esta obra?

Una de las mayores interrogantes es la identidad de quien o quienes se encuentran enterrados bajo la escultura de la mujer desnuda, ya que al revisar en libros y planos de su ubicación en el Cementerio, no figuran registros sobre esta identidad desconocida. La lápida, que aparentemente acompaña su emplazamiento, se encuentra tan desgastada que no ofrece nombres ni antecedentes importantes, esto es precisamente porque debajo de ella, no existen registros conocidos de sepultados.

Helga Yüfer Kowald, es la escultora que en 1955 crea la obra llamada “La Tante Trule” (traducción del alemán: “la tía Trule”) en honor al fallecimiento de sus abuelos y al sufrimiento que le provocó su pérdida.  Haciendo referencia a una mujer recostada sobre su cadera y pecho, con las manos en oración y en un gesto de tristeza y desconsuelo, esta escultura mira los nombres inscritos en la lápida de Maximilian Kowald (f. 1918) y Marie Vyhmeister de Kowald (f. 1955), lo que fue la principal pista para dar con su historia.

La escultura hace referencia a una mujer en particular: Gertrudis Kowald Vyhmeister, familiar de la artista e hija de los fallecidos Maximilian Kowald y Marie Vyhmeister; tiene una estética propia del estilo art nouveau, que exacerba las formas y curvas naturales y, particularmente, la belleza del desnudo femenino. “La tante Trule” o Gertrudis, fue profesora normalista de educación primaria en Viña del mar y, al contrario de los relatos que le acompañan sobre una vida compleja y trágica, su vida fue más bien apacible; quienes la conocieron la recuerdan por su constante alegría. Se sabe que estuvo casada pero no tuvo descendencia.

En 1992, la figura fue removida de su lugar original, quitando el revestimiento que poseía la escultura y ubicándola donde hoy se puede apreciar,  al lado de su emplazamiento original; remoción solicitada por Ronald Frindt Kowald para el funeral de su madre, Olga Clara Kowald Vyhmeister (hija de Maximilian y Marie y hermana de Gertrudis), puesto que en vida, había dicho que no le agradaba mayormente la escultura y que además, la encontraba un tanto indecente. “Olga nunca se maquilló, porque para ella, maquillarse también era propio de mujeres de vida "ligera”. Cuidaba mucho los escotes, el largo de las faldas…, de hecho nunca usó pantalones, eso era de hombres según ella. También fue muy trabajadora y de su casa” comenta Valeria Frindt, hija de Olga.

Finalmente, entre las calles Checoslovaquia y Francia, del sector conocido como “Cementerio de los disidentes” dentro del Cementerio General de Concepción, justo en la esquina y al lado de la sepultura de la familia Kowald, se encuentra la célebre escultura, con flores que visitantes han ido dejando, en compensación al olvido que surge con el paso del tiempo.

Helga Yüfer Kowald, fue pintora, escultora y ceramista; ganó el Premio Municipal de Arte de Chillán tras su obra más conocida, denominada “Monumento a los caídos”, un homenaje a las víctimas del terremoto de Chillán de 1939. Esta obra también forma parte del patrimonio funerario, ya que se encuentra en el Cementerio Municipal de Chillán a un costado de la fosa común en la cual fueron sepultados los fallecidos de aquella tragedia. Helga se radicó en esa misma ciudad, falleciendo en 1989 y, actualmente, sus restos descansan en el “Patio de los artistas” del Cementerio Municipal de Chillán.

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