Una habitante poco conocida de la selva valdiviana es la Comadreja Trompuda (Rhyncholestes raphanurus).Que vive entre raíces, musgo y hongos, esquivando el calor del verano y esperando la tranquilidad del otoño, su estación favorita.

Este animal es una especie en peligro que lucha por sobrevivir en medio de los incendios forestales que amenazan su hábitat. Desde lo profundo de la hojarasca húmeda, esta criatura detecta el peligro al escuchar el sordo batir de alas de las aves. Una señal que le indica cuándo huir.

Y aunque a menudo es confundida con un ratón, la Comadreja Trompuda es de mandíbula alargada, con pequeños incisivos filosos y ojos delicados. No tiene bolsa marsupial y lleva sus crías aferradas a su espalda a quienes alimenta con siete mamas visibles, una rareza biológica.

Su historia, casi desconocida para la mayoría, es un llamado urgente a proteger los bosques nativos. Y evitar que esta especie desaparezca sin haber sido realmente comprendida. Ya que son pocas, vulnerables y tienen que ser resueltas

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